La Provincia encarará el plan científico más ambicioso del país con una inversión total máxima de seis millones de pesos en dos años. El objetivo es construir un "libro verde" de Córdoba con datos globales y sistematizados de los suelos (tierra, aguas superficiales y vegetación) y las napas subterráneas provinciales.
El plan supone una vinculación estrecha entre la Provincia y el sistema científico local que será el encargado de realizar el estudio. "El objetivo es que con los datos se pueda realizar un pronóstico de los posibles impactos ambientales en la provincia para generar políticas públicas", señaló Juan José Cantero, secretario de Promoción Científica del Ministerio de Ciencia provincial.
Se trata de dos proyectos, uno para estudiar los recursos hídricos subterráneos de la provincia y otro para evaluar las bases ambientales para el ordenamiento territorial del espacio rural provincial, que se inscriben dentro de los Proyectos de Investigación y Desarrollo (PID) que financia la Agencia Nacional de Promoción Científica.
Cada proyecto prevé un monto máximo de financiamiento de un millón de dólares por dos años, de los cuales la mitad será aportada por la Provincia y la otra mitad por la Nación.
Cantero estima que en cada proyecto habrá al menos unos 30 científicos prestigiosos trabajando, cada uno con su grupo de investigadores de universidades y otras instituciones científicas locales.
En general, los PID son encarados por empresas, los montos bianuales no superan los 500 mil pesos e involucran a una sola institución científica. La forma de trabajo será en redes abiertas y entre los diferentes grupos científicos decidirán cómo distribuir el dinero. La Provincia no administrará los recursos pero sí va a intervenir para adecuar los productos de investigación para que puedan utilizarse en políticas públicas.
Los proyectos tienen una duración máxima de dos años y medio. En noviembre serán enviados a la Nación para que los autorice y en marzo del año próximo los investigadores iniciarán el estudio.
¿Qué información se va a recolectar? "Por primera vez una provincia define el problema que debe investigarse. Para ello, se indagó en la información que falta y merece ser investigada para luego programar una política de Estado. En este trabajo participaron los ministerios de Ciencia, Agricultura y Obras Públicas y la Secretaría de Ambiente", explicó Cantero.
El primer trabajo que ya fue realizado fue recuperar toda la información sobre el tema producida por el Estado provincial en los últimos 30 años.
Libro verde. En materia de ordenamiento territorial, este trabajo previo determinó que Córdoba tiene cartografías de suelos y vegetación, pero no están sistematizadas.
"Tampoco sabemos cuáles son los servicios ambientales de los diferentes ecosistemas y regiones. Con esta información escasa y poco sistematizada es imposible realizar pronóstico de los posibles impactos ambientales", comentó el funcionario.
Y agregó: "Es necesario cruzar la información disponible e incorporar más información donde sea necesario".
La situación es similar con los recursos hídricos subterráneos que son el sustento básico de la vida de los ecosistemas y de los centros urbanos.
"El uso del recurso hídrico subterráneo es muy intenso y su planificación está ausente porque no se lo ha caracterizado. El objetivo es conocer la dinámica, la disponibilidad, su calidad y saber cómo modelar su uso", comentó Cantero.
Según el funcionario, el trabajo probablemente diga que hay algunas actividades agropecuarias que van a tener que dejar de hacerse porque son ambientalmente inviables y otras que deberán ajustarse. También servirá para precisar el sistema tributario y promover nuevas reservas naturales, entre otros puntos.
"La Provincia necesita una plataforma científica seria para objetivar las decisiones políticas. Por ejemplo, para autorizar o no la instalación de un establecimiento feed lot o permisos de riego, entre otras decisiones", señaló. "El compromiso de la Provincia es utilizar esa información para generar políticas públicas y nuevas normativas porque es el propio Estado el que ha generado el proyecto", aseguró Cantero.
Aunque advirtió: "también se va a necesitar una voluntad de cambio en la sociedad civil porque de nada sirve que se hagan cambios si la gente no se dispone a adoptarlos".
Análisis
La otra frontera de la ciencia
La Provincia encara el plan científico más ambicioso del país para caracterizar los suelos, flora, napas y ríos cordobeses.
Lucas Viano
lviano@lavozdelinterior.com.ar
Nanotecnología, neurociencias y biotecnología son tres de las disciplinas científicas que en la actualidad van estirando aún más la frontera del conocimiento científico. La percepción es que más allá de ellas parece haber un vacío de conocimiento deseoso por llenarse. Más acá de estas ciencias, la sensación es que todo se conoce.
¿Argentina y otros países en donde los recursos para financiar la ciencia son escasos y en su mayoría provienen de las arcas públicas deben sumarse a esa carrera científica en donde a la pole position se la pelean los países del primer mundo?
Seguramente Argentina no debe dejar de competir y cooperar en esta carrera de frontera. Pero tampoco debe perder de vista otra frontera científica más cercana. Impulsar investigaciones más locales que ayudan a conocer nuestro territorio, nuestras poblaciones y nuestras actividades y que sirvan para impulsar políticas públicas con sustentos científicos.
El proyecto encarado por la Provincia está orientado a extender esta otra frontera. Por ser el impulsor, desde el inicio está el compromiso del Gobierno de que todo el conocimiento que se genere se transforme en políticas públicas.
¿Acaso hay algo más importante que conocer los suelos, ríos y aguas subterráneas de nuestra provincia que motorizan la producción agropecuaria, principal actividad económica de Córdoba?
Pero esta iniciativa también hace evidente una sospecha: muchas políticas públicas se realizan sin el sustento científico necesario. El sentido común domina la política y los resultados están a la vista: desmanejo de los recursos naturales y sus terribles consecuencias ambientales en tiempos en los cuales la naturaleza está cada vez más sensible a lo que hace o deja de hacer la humanidad con ella.
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