Un estudio de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) demostró que el matadero municipal contamina el arroyo Pirayuí sobre el que está emplazado, ya que allí se arrojan los desechos de la actividad: sangre, heces y restos de animales. Ayer en fuentes comunales reconocieron la situación y aseguraron que ésta se repite en otros mataderos locales, que también estarían volcando los excedentes de la producción.
“Ningún matadero realiza proceso sobre las aguas que vuelcan”, aseguró una alta fuente municipal dedicada al control bromatológico en la ciudad. El titular de la Subsecretaría de Salud, Ángel Valmaggia, confirmó la información.
Este último funcionario aclaró que el Municipio permitió el informe realizado por Diana Fechner, docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unne, y destacó que la profesional agradeció el apoyo de la Comuna y que está colaborando para que en breve comience a aplicarse un sistema que evite el impacto del matadero municipal sobre el Pirayuí.
“Tenemos pensado presentar pedidos de financiamiento a la Municipalidad y la Nación que permitirán aplicar la propuesta de la investigadora, pero todavía falta una segunda etapa del trabajo que permitirá delinear definitivamente qué sistema es el más adecuado para evitar la contaminación”, anticipó Valmaggia a La República.
El funcionario minimizó los efectos de los desechos del matadero municipal sobre el arroyo Pirayuí, asegurando que esta industria se encuentra río abajo y lejos de zonas pobladas.
Según pudo saber La República, en Corrientes funcionan al menos otros dos mataderos, uno muy conocido, que vuelcan sus desechos sobre el Riachuelo, un afluente del Paraná en el que desemboca también el Pirayuí.
El problema de los dos mataderos que no son municipales es que están ubicados río arriba y cerca de zonas urbanizadas o pobladas.
Valmaggia aseguró que cuando el Municipio comience a procesar los desechos del matadero tampoco podrá regular la actividad de los demás mataderos, ya que es el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (Icaa) el encargado de esta tarea.
Como señala el estudio que desnudó esta realidad, es necesario controlar el impacto ambiental de estas industrias, ya que podrían derivar en problemas para la salud de las poblaciones cercanas a los cursos de agua afectados.
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