La mejor manera de recuperar el agua del Silala, que actualmente se va a Chile, es crear una "frontera viva" a través de un asentamiento humano, según la percepción que tiene el representante del presidente Evo Morales, René Navarro.
La autoridad sostiene que se trata de un tema que no es fácil de solucionar y así lo demuestran las diferentes gestiones que encaran los responsables de la parte boliviana en el proceso de negociación con Chile.
La propuesta que viene de la época en la que Navarro era dirigente del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), consiste en establecer las condiciones necesarias para crear un asentamiento humano en la zona del Silala.
Las personas que se asienten en el lugar, tendrían que contar con el apoyo necesario de las autoridades nacionales y departamentales para encarar procesos productivos que requieran una buena cantidad de agua.
Se habla de la posibilidad de construir tajamares para que el agua no fluya a territorio chileno y puedan ser utilizadas en procesos de riego con la finalidad de aumentar la actual producción de quinua que tiene el Departamento de Potosí.
También está claramente concebido que el uso del agua en territorio boliviano permitirá regenerar los bofedales que existían en el pasado en esa parte del territorio departamental.
Con una amplia producción de quinua, papa y otros artículos más la crianza y aprovechamiento de los camélidos se espera contar en poco tiempo con una pujante comunidad en la zona del Silala.
Por supuesto que las autoridades tendrán que otorgar todo el apoyo necesario para que la gente que viva en la zona no pase dificultades debido a las condiciones climáticas.
Incluso existe la alternativa de dotar a los ciudadanos de las viviendas respectivas, además de los servicios básicos para que puedan vivir dignamente y proyectar los procesos de producción no solo para su sobrevivencia sino para tener un excedente que vaya al mercado potosino.
Hace algún tiempo también el prefecto del Departamento, Mario Virreira, señaló que se estaba trabajando en la posibilidad de consolidar un asentamiento humano en la zona del Silala como parte del concepto de dotar a la región de una "frontera viva".
También se conoció que los técnicos de la Prefectura se encuentran trabajando en el proyecto de instalación de una planta de generación de electricidad con los recursos hídricos que salen de las vertientes del Silala.
Desde la Brigada Parlamentaria Potosina se informó que actualmente se está efectuando el seguimiento necesario a este importante tema que es parte de la agenda sin exclusiones que se encara entre los representantes de las cancillerías de hile y Bolivia.
A 100 años del saqueo de las aguas potosinas
Con hoy se cumplieron los cien años desde el momento en el que la Prefectura del Departamento de Potosí efectuó la entrega de la concesión para el uso de las aguas del Silala a la empresa The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited.
Sobre la base de ese documento se construyó un sistema de recolección de las aguas para llevarlas posteriormente a territorio chileno violando el origen de la concesión que hace referencia solo al uso de las locomotoras del ferrocarril.
La diplomacia boliviana no consiguió que la empresa chilena que explota ilegalmente las aguas para su comercio entre la población y empresas mineras pague la denominada "deuda histórica".
Esa deuda corresponde al periodo desde 1.910 fecha en la que concluye la instalación del sistema de tuberías para llevar agua a Chile.
Tampoco se consiguió establecer un monto a pagar por las aguas que actualmente y en el futuro servirán a Chile.
Las aguas
Las aguas del Silala fluyen de 94 manantiales activos que se encuentran en el Cantón Quetana, provincia Sud Lípez del Departamento de Potosí. De las mencionadas vertientes fluyen 250 litros por segundo que bajan por gravedad y entran a territorio chileno por una canalización artificial.
Empresa de Servicios Sanitarios de Antofagasta (Essan), que es parte del consorcio Luksic, vende las aguas a las poblaciones Cerro Gordo, Antofagasta, Baquedano y Tocopilla y a las minas Chuquicamata, El Abra, Ramiro Tomic, Mantos Blancos, La Escondida y las salitreras de María Elena y Pedro de Valdivia.
Mientras que los chilenos obtienen grandes beneficios con el agua del Silala, el país no percibe nada por su uso, lo cual es cuestionado por los dirigentes sociales de Potosí. |
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