Como ocurriera en otras localidades ribereñas meses atrás, ciudadanos comunes, entre ellos muchos adolescentes, especialistas en temas mineros y autoridades interprovinciales, volvieron a oponerse a la instalación del proyecto Potasio Río Colorado (PRC) hasta tanto no se clarifiquen los términos, condiciones y, sobre todo, garantías ambientales que debe presentar la empresa Río Tinto, impulsora del emprendimiento.
Por otra parte, para darle un contexto no sólo ambiental sino también desde el punto de vista de la sustentabilidad de los recursos, se aludió a la necesidad de involucrar a la secretaría de Energía de la Nación sobre el hecho del importante consumo de gas que requerirá la mina para su tarea.
"La voluntad común es no permitir que se avance sobre este tipo de proyecto que pone en riesgo los recursos ambientales, hasta que no estén todas las garantías necesarias que resguarden los mismos", reza el documento final elaborado en el foro.
"Estamos de acuerdo en que todo proyecto de desarrollo tiene que ser sustentable, integral y no solamente económico, es decir, debe contemplar todos los impactos que genere: social, ambiental, económico, cultural, político, sanitario, educativo, y es fundamental sumar a toda la ciudadanía que, de un modo u otro, puede sufrir las consecuencias", agrega.
Con idéntico compromiso expreso, además de los casi 150 asistentes particulares a club Bancario, desde las 8 y hasta pasadas las 17, disertaron el vicegobernador de Río Negro, Bautista Mendioroz; el intendente de Río Colorado, Juan Villalba; el presidente del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO), Miguel Boyero y su gerente técnico ingeniero Juan Perl; el profesor Marcelo Giraud, integrante la Asamblea Mendocina por el Agua Pura, entre otros.
"Desde el punto de vista de la disposición final del cloruro de sodio, de la sal que va a arrojar la extracción como residuo, nuestros organismos no están acompañando el proyecto (PRC), y el COIRCO, por estatuto y por obligación ética es el organismo que nos otorga seguridad en este sentido", afirmó Mendioroz.
En este aspecto, el vicegobernador recordó la resolución legislativa que avala la función del COIRCO en este tema, del mismo modo que los proyectos que fueron girados al Congreso de la Nación para involucrar a diputados y senadores sobre el particular.
"Desde la Legislatura, en esta gestión, solicitamos a las comisiones que salgan a las localidades, y hoy contamos con la de Recursos Hídricos mezclándose con la gente y las autoridades de esta localidad para discutir política y económicamente este tema que debemos tratar cuidadosamente, porque es fundamental para el futuro", agregó el titular de la Legislatura.
Preocupaciones
Más allá de las posturas políticas de cada sector, coincidentes en la mayor parte de los términos, fue Giraud quien planteó los puntos que generaron mayor preocupación entre los presentes, muchos recién tomando contacto con el proyecto.
Sin hacer hincapié esta vez en la ubicación final de la pila de sal solamente, la demanda de inmensas cantidades de recursos energéticos, que impactarán notablemente sobre todas las actividades del país, por caso el gas natural como recurso no renovable y la energía eléctrica que consumirá, y de los que no se tienen estudios serios ni garantías reales sobre la forma en que se abastecerá esta demanda, ni de los costos sociales que la misma tendrá, fue uno de los temas que se reiteró en varias oportunidades.
"Será necesario que los organismos gubernamentales de las provincias involucradas pidan a la secretaría de Energía de la Nación que se expida sobre la forma concreta en que se iría a satisfacer esta demanda energética ahora y a futuro, cómo se garantizará la sustentabilidad del fluido, y cómo asumirá los costos sociales que pueda conllevar la posible interrupción anticipada del suministro del mismo a la población", se expresa.
Subrayando que la modificación del proyecto PRC implicaría la extracción de un 80% más de lo estimado en un principio, Giraud destacó que el estimado actual de cloruro de potasio anual sería de 4,3 millones de toneladas por año, pero presentaría una gran cantidad de errores técnicos, omisiones y silencios sobre temas que pueden ser de gravedad impactando en el futuro de toda la sociedad.
"No hay seguridad en las evaluaciones realizadas, y aún menos en las presentadas por la empresa a través de las consultoras contratadas, sobre: el impacto ambiental (emisiones contribuyentes al efecto invernadero, riesgo real de contaminación salina del agua del río Colorado), los factores de incidencia climáticos (erosión eólica, lluvias), geológicos (movimientos sísmicos que pudieran incidir sobre la permeabilidad o probable colapso de la pila de sal; actividad volcánica, etc.), y el real impacto social", agregan entre las conclusiones en base a estos informes.
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