Si bien el agua es uno de los elementos más abundantes en nuestro planeta, poco a poco se está convirtiendo en un bien escaso a causa de los cambios climáticos, la contaminación y su desaprovechamiento.
La crisis causada por su escasez, mala administración y problemas de saneamiento siguen constituyendo serios obstáculos para alcanzar en 2015 los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A pesar de los compromisos adquiridos en el contexto de ese acuerdo, el avance que se ha conseguido en la cobertura de los servicios de abastecimiento y saneamiento no es suficiente: actualmente una de cada seis personas no accede al agua potable, dos de cada cinco carecen de saneamiento apropiado y todos los días 3800 niños mueren por enfermedades asociadas a esta situación.
Hoy no tienen acceso al agua potable 1.100 millones de personas, en tanto que otros 2600 millones no disponen de condiciones higiénicas básicas. Ocho de cada diez enfermos de países en desarrollo sufren patologías relacionadas con su falta, que causan además una gran mortalidad, sobre todo entre los niños: cada ocho segundos muere uno por falta de agua. Los niños del mundo desarrollado consumen entre 30 y 50 veces más que los nacidos en países en desarrollo.Por otro lado, la falta de un saneamiento adecuado, que afecta en pleno siglo XXI a 2600 millones de personas, el 41 por ciento de la población mundial, es una grave amenaza para la salud y una ofensa a la dignidad humana. De esta cifra, 980 millones son menores de 18 años, y 280 millones de ellos tienen menos de cinco, lo cual hace de la infancia uno de los sectores más amenazados
En el Chaco, solamente el 26 por ciento de la población cuenta con servicios de agua potable.
A comienzos del año, el gobernador Jorge Capitancih, anunció una inversión de 190 millones de pesos, que tendría como destino mejorar el acueducto Barranqueras - Villa Angela, así como la realización de obras para la captación y toma de agua. La primera etapa comprendía una inversión de 42 millones de pesos, a lo largo de un año, para mejorar el proceso de captación y toma de agua y la repotenciación del acueducto Barranqueras - Sáenz Peña, para llegar en condiciones a Villa Angela y extender el servicio a todo el sudoeste.
El presidente de Sameep, Gustavo Martínez, declaró en estos días que no solo se está trabajando en la emergencia de hoy -a raíz de la larga sequía-, lo que permitirá arrancar el 2009 con reservorios con agua acopiada y las plantas potabilizadoras adecuadas, sino que también se avanza en la construcción de obras definitivas para toda la provincia en materia de provisión de agua potable, como las del acueducto Resistencia-Colonia Benítez-Margarita Belén, en tanto se encuentra en evaluación económica y estudio de impacto ambiental el Programa Norte Grande para ingresar al BID y obtener el financiamiento del acueducto Río Paraguay-La Leonesa y Las Palmas, que dará una solución integral incluso hasta General Vedia. El acueducto nuevo para General San Martín, señaló Martínez, se estaría licitando antes de fin de año, una vez que termine la obra Unitec Agro, que es un emprendimiento privado que tiene a la vera de la Ruta 3 la dotación de 200 metros cúbicos de agua cruda por hora, y donde Sameep -a través de una cañería- la llevará a Las Garcitas, Colonias Unidas y Ciervo Petiso. Cada una de estas localidades tendrá su planta potabilizadora.
Al mismo tiempo se efectuará la repotenciación del actual acueducto, que hoy da a Sáenz Peña 600 metros cúbicos de agua con una estación de rebombeo, a la que se agregarán tres estaciones más, de modo que, sin elevar la presión en la cañería, se alcanzará una entrega de 1.900 metros cúbicos/hora. Esta obra comenzaría a realizarse también antes de fin de año, con un plazo de ejecución de siete meses de las tres estaciones que se agregan. Permitirá abastecer a Villa Ángela con 800 metros cúbicos por hora, cuando hoy la provisión es de 300.
Es imperioso que todo esto sea, cuanto antes, una realidad palpable, ya que todo lo que se haga será poco: la necesidad de agua seguirá creciendo en forma sostenida en el mundo entero, por lo que su aprovechamiento sustentable trasciende los aspectos de orden técnico para convertirse en un desafío político, social, económico, ambiental y cultural que compromete a la sociedad en su conjunto no sólo para el presente, sino también de cara al futuro.
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