El proyecto de crear un laboratorio que detecte marea roja, fue aprobado en forma unánime en la Legislatura.
Consecuentemente, se descarta que esa norma será promulgada en breve por el Poder Ejecutivo y que su implementación será un gran desarrollo para detectar y controlar en el mar a las toxinas que producen la temida marea roja.
La iniciativa parlamentaria había sido presentada por el diputado por San Julián, Daniel Pandolfi, quien en declaraciones a la prensa sostuvo que “la idea es contar con un laboratorio ante el colapso que actualmente sufren los emplazados en Viedma y Rawson”.
Para ello, el legislador se guió por los informes proporcionados por la Universidad Nacional San Juan Bosco y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, junto a la Subsecretaría de Pesca de la provincia, en cuyos parámetros se pudo comprobar que en la zona costera de San Julián se observa la mayor cantidad de semillas de mejillón y que su bahía muestra una excelente aptitud para la cría artificial de esta especie, cuestiones que fundamentan la instalación de un laboratorio de bioterio.
PELIGROSAS TOXINAS
Cabe señalar que entre las intoxicaciones originadas por el consumo de pescados y otros productos de mar, se encuentran las ocasionadas por toxinas. Una de las más conocidas es la responsable de la llamada marea roja, o intoxicación paralizante por moluscos (IPM).
Las IPM se producen por el consumo de moluscos bivalvos como mejillones, berberechos, almejas, ostras, vieiras y también por caracoles de mar y en nuestro país la forma más común de intoxicación se da mediante la ingesta de mejillones.
No existe ninguna antitoxina contra estas sustancias. Por otra parte, su acción es tan rápida que casi no habría tiempo de usarla.
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