Se conocieron ayer los interesados -4 consorcios y una empresa- en construir el Proyecto Multipropósito Chihuido I, que regulará el tramo medio del río Neuquén y tendrá una central hidroeléctrica.
La apertura de sobres con los nombres de las firmas que pugnarán por la obra se realizó al mediodía en el auditorio de Casa de Gobierno y fue presidida por el gobernador Jorge Sapag.
Las 4 uniones transitorias de empresas (UTEs) están conformadas por: Iecsa, Pampa Energía y Camargo Correa; Electroingeniería SA, Constructora OAS Ltd. e Hidrocuyo SA; Roggio, Corsan-Coviam, Esuco y Duke Energy, José Cartellone Construcciones Civiles SA y Odebrecht. Mientras que la compañía Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA, se presentó en forma individual.
Una de las novedades de la obra es que se elevó la potencia instalada que tendrá la central de 478 megavatios (MW) a 600.
Según explicó el coordinador de la Unidad de Gestión de Chihuido I y II, Elías Sapag, la decisión se debe a una ecuación económica. Se agregará una turbina más a las tres proyectadas en un principio, para amortizar el recupero de la inversión en un plazo más corto.
Comisión
Además, la Provincia firmó ayer un convenio con la Secretaría de Recursos Hídricos de la Nación para crear una Comisión Evaluadora de Supervisión y Seguimiento de la obra, que será conformada por tres integrantes de Neuquén y dos del Gobierno nacional.
Esta comisión estará integrada por Elías Sapag, Ricardo Cazeneuve y Juan Carlos Nayar por la provincia, y Luis Giovine y Juan Luchilo por la Nación.
Ese órgano tendrá las misiones de precalificar a las empresas, evaluar técnica y económicamente a los interesados, inspeccionar la obra y su posterior operación y hacer el seguimiento financiero de la construcción.
Está previsto que el 11 de noviembre la comisión de evaluación se expida acerca de las empresas que continuarán el proceso. El 9 de diciembre se entregarán los términos de las bases y condiciones del proyecto, que tendrán que evaluar los empresarios en un plazo de 6 meses.
Mientras que el 12 de mayo de 2009 se presentarán las ofertas técnicas y económicas, por lo que se espera que en el segundo semestre del año próximo la obra quede adjudicada y se conozca a los constructores y operadores del proyecto.
Los privados y el estado
El Gobernador destacó la integración del sector privado con el público para la construcción de esta represa.
“Necesitamos crear espacios de progreso por fuera del Estado”, indicó, y añadió que “el estado de bienestar se complica por las falta de ingresos”.
“El caso de Chihuido I es generación de energía, por supuesto, que la necesita el país para mover su industria; pero también la seguridad aguas abajo de cientos de miles de habitantes y de cientos de miles hectáreas que están destinadas a la producción”, aseguró el mandatario neuquino.
Mientras que Elías Sapag se refirió al cambio de paradigma que supone incorporar, en la realización de una obra de las características de Chihuido I, al sector privado en lugar de la exclusiva participación estatal. Dijo que es necesaria“la concurrencia de cada uno de estos sectores para que el proyecto llegue a feliz término”.
Garantías del tesoro Nacional
El Gobernador informó que la Provincia trabaja en conjunto con la Nación para crear una ley para que el Tesoro Nacional actúe como garantía de Chihuido I ante los inversores, más allá del contrato eléctrico que tendrá la empresa adjudicada con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA).
“Vamos a incluir las garantías que exige la situación para que Nación acompañe desde Tesorería alguna posible eventualidad con respecto al contrato energético. Esto funciona como una cláusula gatillo”, señaló.
Además, informó que se debe elaborar una ley provincial que regule el uso de las aguas.
El secretario de Obras Públicas de la Nación, José Francisco López, agradeció a las empresas que manifestaron su interés en el contexto de inestabilidad internacional.
Destacó la importancia del emprendimiento “porque viene a generar una diversificación de la matriz pero además a potenciar una tipología de obra que se había dejado de proyectar y de ejecutar en la Argentina desde hace más de 30 años”.
Consultado sobre la posibilidad de que se construya la represa Chihuido II, que es complementaria de la que ahora se encuentra en licitación, López dijo que “es un proyecto que está alentado exclusivamente por la provincia y nosotros vamos a apoyar y colaborar con todo lo que sea posible. Un proyecto apalanca al otro”.
Chihuido II fue adjudicada a una empresa pero nunca se inició su construcción. Una vez que estén establecidas las características financieras de Chihuido I, los funcionarios tienen pensado avanzar en esa represa complementaria.
Los beneficios de la represa
Chihuido I tendrá una característica que la diferenciará de las cinco que tiene Neuquén: será la única con un túnel de descarga que permitirá sacar toda el agua de la presa. Esa determinación fue tomada por los técnicos para garantizar el riego y el agua potable de las poblaciones.
“No va a haber cuenco muerto como tienen todas las presas, un lugar donde nunca se puede sacar el agua. Se va a poder dejar el cauce libre para darle prioridad a los usos consultivos, no importa que no genere energía, se va a sacar agua para los chacareros y las poblaciones”, señaló el coordinador de la Unidad de Gestión Chihuido I y II, Elías Sapag.
Chihuido I generará 600 MW de electricidad, 150 más que la única hidroeléctrica que tiene el río Neuquén hoy, Planicie Banderita, pero fundamentalmente regulará el cauce hídrico en su tramo medio.
La obra cobra relevancia ante las devastadoras crecidas que se sufrieron en 2006 y este año. Con Chihuido I se piensan evitar las pérdidas millonarias que causan las crecidas solamente entre el tramo que va desde Portezuelo Grande hasta el dique Ballester.
Además, la represa protegerá el diseño del complejo Cerros Colorados, que es el primer freno que actúa durante las inundaciones y que evita desastres mayores en el Alto Valle.
Además de la generación hidroeléctrica y de la regulación del río, Chihuido I abre la posibilidad del desarrollo del centro de la provincia. Con una inversión de unos mil millones de dólares, la represa generará mano de obra directa para unas 2 mil personas.
Por otra parte, significa que el país retome la construcción de grandes represas, política que decayó a partir de los ‘80.
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