La Agencia Nacional de Energía Eléctrica de Brasil adjudicó la semana pasada los contratos para construir una represa hidroeléctrica sobre el río Iguazú que estaría emplazada a menos de un kilómetro del Parque Nacional Iguaçu y a unos 100 kilómetros de Andresito, entre Capanema y Capitan Leónidas Márquez, ciudades del estado brasileño de Paraná.
El llamado a licitación para la central Baixo Iguaçu (Bajo Iguazú) estaba frenado por una medida interpuesta por el Ministério Público Federal del municipio brasileño de Francisco Beltrão, que argumentó que la obra generaría un impacto ambiental negativo en el área natural protegida que conserva el terreno circundante a las Cataratas del lado brasileño.
Pero finalmente el escollo fue superado y el Instituto Ambiental do Paraná mantuvo la validez de la licencia que tenía el proyecto, lo que permitió la continuidad de la iniciativa.
La hidroeléctrica generaría una potencia de 350 megawatts, suficiente para abastecer a una ciudad de alrededor de un millón de habitantes. El embalse va a inundar unos 13,6 kilómetros cuadrados y exigirá la relocalización de 360 familias. Tendrá un costo estimado de 600 millones de dólares.
Se trataría de la sexta represa que se construiría en territorio brasileño sobre los 1.200 kilómetros curso superior del río Iguazú en ese país y se sumaría a las ya existentes Foz do Areia, Salto Santiago, Salto Osorio, Segredo y Salto Caxias.
Para el próximo año, el gobierno brasileño tiene planes de impulsar ocho proyectos hidroeléctricos en el norte del país.