De acuerdo a un informe enviado por el presidente de la Asociación Esteros Hesai, Oscar Fernández, nuevamente las arroceras asentadas junto a la laguna Iberá realizaron fumigaciones con glifosato e insecticidas. Además, continúan extrayendo ilegalmente agua de la laguna y ampliaron sus campos de cultivo. Todo esto a pesar de las medidas prometidas por el Ministerio de la Producción en pos de la protección de la Reserva Natural del Iberá y de sus habitantes.
Apoyado por fotografías que, dicen, fueron tomadas recientemente, revelan que estas arroceras han preparado sus tierras para la siembra, realizando fumigaciones aéreas con herbicidas (glifosato) e insecticidas (cipermetrina); afectando a los pobladores de Colonia Carlos Pellegrini, ubicada a menos de 500 metros de uno de los sembradíos.
Cabe destacar que tanto el glifosato como la cipermetrina son biocidas tóxicos que afectan tanto a la fauna silvestre del Iberá como a la salud de los habitantes de Pellegrini.
Esta situación se ve agravada porque una de ellas, denominada El Estribo, duplicó la superficie de cultivo; mientras que la perteneciente a Rogelio Zampedri sigue desarrollando normalmente su actividad a pesar de que no cuenta con la evaluación de impacto ambiental, ni con la concesión para extraer agua de la laguna Iberá, situación reconocida públicamente por el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (Icaa).
“Ante estos hechos, los pobladores de Colonia Pellegrini que día a día estamos pagando las consecuencias ambientales, sanitarias y económicas acarreadas por el impune accionar de estas dos empresas cerealeras, nos preguntamos ¿qué espera el Icaa para ejercer su función de autoridad de aplicación de las leyes que exigen evaluación de impacto ambiental y concesión de aguas públicas a este tipo de emprendimientos?”, señala en un párrafo la nota enviada a este medio.
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