La idea era concluir el informe en treinta días. Pasó algo más de tiempo ya que las primeras reuniones se encararon hacia inicios de agosto. Pero ya se está en el tramo final de los estudios contables en torno del sistema de concesión del agua y ahora vendrá la reformulación del contrato de concesión. Así lo adelantó el licenciado Carlos Díaz, presidente del Consejo de Administración de Coopelectric, quien planteó que "la comisión la restringimos a los contadores, Gabriel Schmale, por el Municipio, y Oscar López, por Coopelectric. Analizaron toda la estructura de costos dos días por semana. Ya casi concluyó. Schmale ahora le tiene que elevar un informe al Intendente (José Eseverri). Hasta ahora hubo coincidencia en un porcentaje elevadísimo. Porque el análisis que se hicieron coinciden con los costos nuestros y sólo surgen algunas diferencias en cuanto a las amortizaciones".
En ese sentido, apuntó que "ahora falta la modificación del pliego. El abogado Rocha Alonso y Amílcar Dirazar están trabajando en eso y ya Dirazar tiene el expediente desde el viernes".
Fuentes del Ejecutivo plantearon que se está analizando el encuadramiento legal de las cuestiones técnicas para considerar qué corresponde enviar al Concejo Deliberante y estudiar si se requiere una nueva ordenanza o no.
La idea de armar una nueva escala tarifaria -dijo Díaz- "está consensuada por ambas partes y terminar de esa manera con el mínimo. Hasta ahora hay un aumento reconocido del 23 por ciento. Ahora buscamos un ajuste en el tiempo hasta llegar a un 60 por ciento. Hay acuerdo técnico y falta discutir lo político. Pero eso es algo que deberemos resolver con Eseverri. Y con la relación que vamos manteniendo con el Municipio creemos que a fin de año todo tendría que estar listo".
Díaz caracterizó que "hemos tenido un desfasaje terrible. Es un año y medio sin ningún tipo de ajuste. Entonces, creo que si me están reconociendo costos, como surgió del estudio de la comisión, también me tienen que reconocer ajustes que serán fundamentalmente para los de alto consumo. Es decir, los que consumen de los 30 metros cúbicos para arriba".
En los días en que la comisión se estaba terminando de armar, el intendente José Eseverri adelantó que "nuestra visión es evitar que no se pague lo que no se consume. La idea es ser lo más justo en la aplicación de la tarifa y ver hacia qué sistema avanzamos que, obviamente, tiene que tener un cierre sustentable. El agua no es gratis. Pero lo que hay que evitar son las injusticias del sistema. Ya en el debate en el Concejo no hubo consenso alrededor de la propuesta de Coopelectric. Básicamente hay que discutir cuánto nos cuesta. Hay varios estudios latinoamericanos sobre el sistema de subsidios cruzados entre el propio universo de beneficiarios. Entre los que consumen más y los que consumen menos". Y, de hecho, con ese concepto ya se vislumbraba que habría coincidencia con Coopelectric, cuestión que Díaz definió diciendo que "estamos en sintonía y hay voluntad política del Intendente".
Ya antes, durante el mes de julio, en un encuentro del que también participó Mario Cura se había coincidido en que "lo esencial es la viabilidad del servicio de agua y cloacas" y por eso la necesidad de reformular el pliego de concesión. En ese encuentro había habido un ausente resonante: el ingeniero Oscar Montero.
Se venía de días más que ríspidos y todo terminó por estallar tras la sesión del 24 de julio último en que se había aprobado por mayoría un aumento del 23 por ciento en la tarifa y Montero manifestó su rechazo y lo tradujo en un enojo, para muchos incomprensible en sus formas. Le siguió a esto la presentación de su renuncia, que le fue aceptada únicamente por José Pablo Avalos, que representa al Municipio dentro del Consejo de Administración.
En aquel momento, Montero reconoció que "en un arranque de locura, como dicen, me fui y les expliqué que iban a cometer un error. Pero lo bueno que tiene esto y la satisfacción que debemos tener es que se va a continuar tratando, por lo menos eso es lo prometido, aunque esta promesa viene de hace años".
Fue poco después de esa reacción y del rechazo a su renuncia que Eseverri, Díaz y Cura se reunieron y definieron varios puntos de coincidencia, y además comenzaron a hablar sobre la necesidad de llevar agua corriente al barrio Coronel Dorrego. Un proyecto sobre el que ya se empezará a trabajar en quince días, en que desembarcarán las maquinarias.
La felicidad de pensar en tener después de tantos años agua corriente en el barrio es más que lógica. La obra saldrá de fondos aportados en las facturas por todos los usuarios y que se reservan para trabajos de ampliación. Los medidores -cuentan- serán abonados por el Municipio. Y dicen ciertas voces disonantes que en la cooperativa empieza a tomar forma la preocupación por saber quién va a abonar el consumo. Y nadie estará dispuesto a pagar el costo político de cortar el servicio otorgado. Por eso es que también tanto se insiste con la reformulación de los valores y un ajuste que consideran urgente.
|
|
|