Hay obras que marcan una etapa política en cualquier lugar y de hecho la consecución de un dique es parte de esto. Es que no sólo se cambian las posibilidades de desarrollo económico sino también aporta nuevos condimentos a lo que es el paisaje natural de un sitio determinado. San Juan, como punto de desarrollo, tiene que hacer un aprovechamiento del Río San Juan en materia energética. Es por esto que hay varios proyectos de construcción de diques a lo largo de todo su recorrido: el Orcajo, Punta Negra, Caracoles y el dique Ullum. Hoy se consiguió sumar una de las alternativas a la realidad.
A pocas horas de que comience el llenado del dique de Caracoles, el presidente del Bloque del Frente para la Victoria de la Legislatura de San Juan afirmó que “estamos en las postrimerías de ver bajar las compuertas de la obra hidroeléctrica más importante del país en plena ejecución. De esta obra se viene hablando desde hace 17 años, y su importancia no sólo es para San Juan, sino también para Argentina, pues llegará a ser la única como complejo energético incorporado al sistema eléctrico interconectado en los próximos años”, situación que aporta un valor esencial en estos tiempos donde se habla y se siente la crisis energética.
Tomas remarca que la obra tiene dos objetivos clave: generar energía y mejorar en el aprovechamiento del Río San Juan. Esto permitirá importantes ingresos para nuestra provincia por un lado y, por el otro, incrementar la superficie cultivable en casi 5.000 hectáreas de riego en un plazo de cinco años. Sin considerar el beneficio económico que significa evitar el deterioro del embalse Quebrada de Ullum producido por el arrastre y deposición de sedimentos que evitará la nueva obra y el extraordinario impacto que producirá en el ambiente de las zonas afectadas en general.
Profundizando en el tiempo y haciendo un recorrido sobre los momentos que vivió la construcción de esta obra, el legislador dijo: “Es importante resaltar algunos conceptos que muestran la trascendencia de poder ver casi finalizada una obra hidroeléctrica que, sin lugar a dudas, tuvo muchos tropezones. En junio de 2002 se partió de una obra paralizada con distintos obstáculos legales, controversiales y financieros, que solamente con una firme decisión política del Gobierno se pudo superar hasta llegar a la situación en que hoy nos encontramos”.
En el proceso de construcción hubo idas y vueltas con fideicomiso, se separan el concesionario operador de concesionario constructor, responsabilidad solidaria; modificación del contrato y la incorporación de un nuevo constructor; caducidad del contrato en 2002. Entretanto una crisis institucional importante con la destitución del entonces Gobernador de la Provincia por Juicio Político; intimaciones y resoluciones parciales del contrato, aunque por otro lado se solicita la ejecución de las pólizas respectivas, sin embargo la decisión política fue más fuerte y se consigue poner fin a la obra.
Pero todo este ruido político y esta serie de desencuentros trajeron consecuencias, “reclamos contra el CIADI y reclamos contra la Nación por parte de las empresas. Como así también juicios contra la Provincia. A esto hay que sumarle reiteradas notas de la Nación para que se llegara a un acuerdo que evitara la continuidad de los reclamos internacionales. Por otro lado, la Provincia no había iniciado ningún juicio contra ninguna de las empresas”, es que en todo el proceso lo que se pretendía era conseguir la obra.
El tiempo siguió corriendo y con un ambiente muy conflictivo en torno a la obra, asume el gobernador Gioja. Tomas recuerda que en ese momento “estábamos sin concesionario constructor y sin financiamiento, por lo que el Gobernador ve sólo dos alternativas: no hacer nada y dinamitar o poner todos los esfuerzos para encontrar una solución y por ende encarar la construcción de la obra, de otra manera no tener financiamiento, no tener dique y continuar con los reclamos internacionales”.
Con la decisión política tomada y el acompañamiento del legislativo se comienzan a abrir las puertas para avanzar y obtener resultados. “Realmente se ponen todos los esfuerzos para que la obra se pueda realizar; de igual modo lo hace la Nación, que firma el Acta Intención para lograr el financiamiento de la obra”. En ese marco se firma un acta acuerdo y un acta complementaria el 22 de junio de 2004 y es el momento en que “se terminan todos los diferendos con las empresas con un expreso renunciamiento de las mismas y la Provincia y las empresas resuelven de común acuerdo el Contrato de Obra Pública subvencionada para la construcción de los diques”. Y en cuanto a las diferencias que pudieran surgir respecto a los montos erogados y la obra, se verificaran por medio del Tribunal de cuentas de la Provincia”.
Es a partir de ese momento es que se comienza a transitar un camino diferente. “La obra concesionada al sector privado, pasa a ser concesionada de una nueva figura creada por la Legislatura Provincial el E.P.S.E. que cumple un rol estratégico no sólo el tema Caracoles , sino operación dique de Ullum, Hidrocarburos y energías no convencionales (solar, eólica, uranio, carbón etc.). La explotación pasa a ser de la Provincia”.
Es cuando el Legislativo pasa a tener un lugar muy importante, porque a la decisión política de dar marcha adelante con la construcción del dique le hacía falta una serie de normativas para conseguir el objetivo propuesto.
El diputado Tomas recuerda que “toda esta maraña se consolida con una Ley, que da precisamente el sustento legal de estas actas firmadas por la Provincia de San Juan, se firman los contratos y se reinician las obras. Obras que están a punto de concluir, que el día de mañana, recordemos, 10 de octubre de 2008 bajaran sus compuertas, pero abrirán nuevas esperanzas a los sanjuaninos, ya que por más difícil que parecía todo, con el esfuerzo mancomunado de los sanjuaninos y la decisión política del Gobierno se pudo.