Un fuerte olor a materia fecal cruda afectó durante gran parte de ayer a todo aquel que tenía que transitar, tanto de a pié como en vehículos, por la intersección de Domecq García e Independencia de Puerto Madryn, donde se podía observar cómo se producía una “vertiente” de líquidos cloacales hacia la vía pública, por entre los adoquines de la calle.
La situación se produjo al menos durante toda la mañana de la víspera, y comenzó a ser detectada a partir de los fuertes olores a materia fecal que despedía al ambiente los líquidos que surgían a no mas de medio metro de la cuneta de ingreso a la playa de maniobras de la Terminal de Ómnibus.
Al lugar, ubicado fuera del predio de la terminal, a pesar de ser observable y percibible por cuanta persona intentaba pasar por el sitio, no recibió la intervención de Servicoop, cuando según señalaron expertos en el tema, se trataría de una fuga de líquidos crudos proveniente de uno de los troncales cloacales instalados debajo de la traza de calle Domecq García.
Además de haberse transformado en un permanente foco infeccioso en el lugar, esos líquidos escurrían por la cuneta hacia una boca de tormenta ubicada a unos cuarenta metros de donde surgían, luego de trasponer calle Independencia. Esto hizo que los automóviles que transitaban por el lugar, involuntariamente llevaran adheridos a sus neumáticos y carrocería un sinnúmero de bacterias para desparramarlas por la ciudad, más allá de aquellos peatones que sin darse cuenta se llevaban adheridos a su calzado cientos de elementos infecciosos con destino a sus domicilios.
Lo que no se iba adherido a calzados y vehículos, terminaba su recorrido -visible- en los colectores pluviales, pero una vez bajo tierra ya se incorporaba al sistema de desagües que desemboca al mar, lo que llevó esa materia fecal a la costa madrynense.
Esa situación se produjo, al menos durante toda la mañana, a menos de trescientos cincuenta metros de los despachos de los directivos de Servicoop.
Esta nueva fuga de líquidos cloacales a la vía pública, se suma al que a comienzos de semana se registrara en el ex barrio Pujol 1, donde los vecinos veían cómo los líquidos llevaban hasta casi dentro de sus propios domicilios.
Entre las motivaciones que llevó a los vecinos a alertar sobre lo que en ese sitio estaba ocurriendo, fue que, además del potente foco infeccioso que se producía por esos líquidos desplazándose por la calle, también los preocupaba cuánto cederá el material árido utilizado en la compactación del subsuelo, ya que al ser humedecido por mucha cantidad de agua se altera su consistencia y tiende a hundirse, lo que posteriormente produce rupturas y diferencias de niveles en el pavimento, lo que obliga a que el municipio tenga que luego destinar horas hombre y materiales para reparar los daños ocasionados por una falta de respuesta rápida. |
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