Un grupo de frentistas de la calle Filiberto, en el barrio de Villa Germinal, se comunicó ayer con este diario para denunciar una problemática que los aqueja desde hace años: una tapa del sistema de desagües cloacales se rebalsa hasta inundar dos cuadras de la calle Filiberto, un tramo de Aconcagua y otro de Esmeralda, según la cantidad de aguas servidas que salga a la superficie.
La tapa está en la intersección entre Filiberto y Aconcagua. Un equipo de LA ARENA se acercó al lugar y pudo comprobar el persistente olor nauseabundo que invade la zona, junto a los charcos que permanecen en Filiberto a lo largo de las dos cuadras que van entre Aconcagua y Errecalde. “No son producto de la lluvia, sino de la manera en que brota el agua de las cloacas desde la tapa”, dijo una vecina. En todo caso, las precipitaciones agudizan el problema llevando las aguas servidas a una zona más grande del barrio.
Un frentista cuya vivienda está en Filiberto 2.222 explicó que los problemas comenzaron desde la radicación del Plan 3000 –el primero que se construyó al norte del hospital Lucio Molas– en Germinal. “Aumentó la presión y el diámetro de las cañerías, evidentemente, no es el adecuado. No resiste y revientan”, relató. Aunque los operarios municipales se llegan al lugar con el camión para desagotar el sistema, nunca alcanzan a dar una solución definitiva.
El sábado la situación era grave producto de la cantidad de agua que brotaba, por eso una cuadrilla del municipio estuvo trabajando para aliviar la situación. Sin embargo, los vecinos están hartos y exigen una reparación definitiva. “Viene la motoniveladora pero los arreglos de los niveles de la calle tampoco duran nada y enseguida tenemos toda el agua acá, estancada frente a nuestras casas. Hay días que no se puede abrir la ventana porque el olor te invade, pero además está el miedo de que los chicos se contagien algo por el sólo hecho de estar en la vereda”, dijo una madre.
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