Cuando las primeras gotas comenzaron a caer el domingo por la madrugada, muchos pensaron en un alivio. Cuando se empezó a escuchar la pedrea, algunos se preocuparon por sus coches. En el barrio Pizzurno, los sentimientos fueron más allá de lo que sintieron otros rafaelinos:
una polémica obra que no tuvo la terminación correcta, trajo serias consecuencias que aún se sienten.
¿Qué pasó? Algunas calles quedaron anegadas y en muchas cuadras, los caños de desagotes pluviales quedaron al desnudo, tras el desmoronamiento de buena parte de la vereda.
¿Cuál fue el motivo? Al decir de los vecinos consultados y del presidente de la Vecinal, Darío Demartín, lo que ocurrió fue consecuencia de un mal trabajo de la empresa encargada de la obra de cloacas. Tras el paso de la cañería para las cloacas, la firma no apisonó correctamente el lugar. Y con la primera lluvia considerable, el agua penetró y socavó lo suficiente como para que, finalmente, se desmoronara ese tramo de la vereda y se llevara "puesto" a algunos caños de agua corriente.
LA OPINION tomó conocimiento en la jornada de ayer sobre lo ocurrido y se dirigió hacia el sector. Pudo hablar con algunos vecinos sobre lo acontecido.
"El domingo fue un desastre", comentó una vecina. "Todo arrancó con las primeras gotas. Con el paso del tiempo, toda la calle (por Grierson) estaba inundada. Y esta situación duró todo ese día", agregó.
Añadió que "cuando pasaron los empleados de la empresa por acá, mi marido, que trabajó durante años en la Municipalidad, le dijo que no sigan, que él se iba a encargar personalmente de terminar nuestra vereda. Fijate que es la única que no tuvo problemas", dijo la señora, orgullosa del pavimento de su marido que le impidió tener problemas.
Aunque el resto del barrio no se salvó.
"Mirá allá, ¿ves esos departamentos? Bueno, ahí se cayó el R-12". Lo increíble parecía hacerse realidad. Minutos más tarde, la mujer dueña del auto comentaba a LA OPINION cómo había sido el tema: "nosotros dejamos el auto ahí, sobre la entrada. Con el paso del tiempo, la lluvia fue haciendo desmoronar el piso, y el R-12 se cayó. Por la tarde vino una guarda y tomó nota. Después, me llamaron del corralón y más tarde trajeron una máquina para sacarlo. Lo rayaron un poco, al pobre...".
Quizás haya sido el único caso, pero por poco: en muchos lugares, el agua socavó la tierra que estaba por debajo de las losas que hacían de entrada a los garajes. "Por suerte no se quebró ninguna", aclararon las mujeres.
Mientras ellas comentaban qué había pasado, algunos metros más al oeste, unos chicos jugaban en un árbol caído. Claramente, sus raíces habían perdido firmeza, perdiendo así la vertical. A los chicos no les importaba esto: ellos sólo venían un juguete nuevo.
Mientras tanto, otros vecinos habían decidido comenzar a apisonar por ellos mismos la tierra húmeda, para evitar que se siga hundiendo el sector.
Desde la Vecinal
"Nosotros ya habíamos pasado por algo similar, hace unos 15 días. Los vecinos llamaron a la empresa y ellos le dijeron que regaran y que compactaran ellos", comentó Darío Demartín, presidente de la Vecinal del barrio Pizzurno. "Ellos nos dijeron que se iban a ser responsables cuando pasara esto. No hicieron bien el trabajo de compactación de suelo, por una cuestión de altos costos, porque no estaban recibiendo dinero...", añadió. ¿Es una consecuencia directa por la falta de pago por los trabajos realizados? "Sí, tiene un costo muy elevado. Eso es lo que nos comentaron desde la empresa. Y lo que termina pasando los días de grandes lluvias, es que se hunde", aseveró Demartín. Es increíble que una firma realice mal un trabajo y ponga en riesgo bienes y personas porque no reciba dinero. Aunque hay que decir también que es increíble que el Estado (provincial o local) no disponga de dinero para algo porque se realizó "demasiado rápido".
"La vecinal estuvo recorriendo el barrio, charlando con los vecinos y se elaboró un informe que se elevó al Municipio, que recorrió el sector ya el lunes. Hoy (por ayer) estuvieron con maquinarias, rellenando algunos pozos. Se va a hacer cargo la Municipalidad de esto", comentó Demartín y confirmó que algunos árboles pequeños, que estaban cerca del lugar en donde se desmoronó la zanja, se cayeron.
El peligro, claro está, pasa principalmente por los chicos, que siguen jugando en el sector como si nada pasara. "Los padres deben tener mucho cuidado con sus hijos. Los pozos no son tan grandes, son de 50 cm. Pero le pedimos encarecidamente a la Municipalidad que tape rápidamente esos pozos. El tema es conseguir tierra seca para poder compactar", añadió.
"Con todo esto, algunos sectores del barrio es candidata a inundarse, pese a todas las obras", agregó y aclaró que se actuó con rapidez porque el barrio tiene un plan de contingencias y actúa en conjunto con la Municipalidad. Increíble, pero cierto.
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