En cuestión de meses el embalse de El Chocón recuperó los 12 metros de altura que había perdido por la aplicación de una política del gobierno nacional que consistía en guardar el agua en las presas de los tramos más altos del río Limay para extraerle la mayor cantidad de energía posible a ese recurso.
Es un dato positivo para la cuenca, especialmente en comparación con la altura del embalse de Piedra del Águila, que ya recuperó las reservas que perdió para alimentar El Chocón durante estos meses.
Un invierno no tan frío en la zona central del país, donde vive la mayor parte de los argentinos, y la inyección del caro gas importado en buque y regasificado en la misma embarcación, amarrada en el puerto de Bahía Blanca, permitieron que el agua de la cuenca del río Negro no se usara esta vez de manera intensiva para la generación de electricidad.
Hay que ver qué pasa en el inicio del verano, pero no parece que vaya a faltar agua durante la temporada frutícola.
No pasó igual en el río Neuquén, cuyos embalses -Los Barreales y Mari Menuco- soportaron una crecida formidable y desde entonces han ido en descenso.
El embalse de El Chocón es emblemático por varios motivos. Es el primero de la serie que creó Hidronor con sus presas, tiene un tamaño considerable y presenta un desarrollo turístico superior a los otros de la zona.
Al final del verano pasado, comenzaron a hacerse evidentes las consecuencias de la decisión de la Secretaría de Energía de la Nación de almacenar la mayor cantidad posible de agua en Alicura, cuyo embalse es modesto, y Piedra del Águila, que tiene una capacidad de retención enorme.
Alicura embalsa el agua que deja pasar el lago Nahuel Huapi por el río Limay, más el caudal que entrega el Traful. Y Piedra del Águila recibe las erogaciones de la presa anterior y el aporte del Collón Cura.
La liberación a cuentagotas de agua hacia El Chocón, pasando por Pichi Picún Leufú, generó la bajante de su embalse, que es el único del Limay que tiene nombre: Ezequiel Ramos Mexía.
La central hidroeléctrica estuvo a centímetros de salir de servicio, según las pautas del diseño de la presa, debido a la bajante.
Los reclamos de la zona provocaron un cambio en la política oficial. Durante todo el invierno el embalse fue recuperándose hasta llegar ahora a una marca más de 12 metros superior a la de marzo. El volumen recuperado equivale a una altura de un edificio de cuatro pisos a lo largo de las decenas de kilómetros que tiene de largo y ancho el lago.
El agua para la recuperación salió primero de Piedra del Águila, que redujo su embalse, pero el miércoles a la mañana la cota había llegado a la marca 589,18 metros sobre el nivel del mar, y el mismo día de marzo estaba en 589,97.

Foto:Archivo Programa Infoambiente