En la madrugada de este miércoles se registró otra mínima precipitación pluvial sobre Sáenz Peña, con apenas 6 milímetros. Con los cual la profunda sequía persiste a pesar de las estimaciones meteorológicas que en el mes de octubre podrían regularizarse las lluvias.
Justamente esta semana se difundió un informe oficial del INTA, donde se confirmó que se trata de la peor sequía de los últimos 70 años en Sáenz Peña. Que solamente en el período de 1936 a 1937 se dieron registros peores que los actuales.
Además, cuando esta semana el Servicio Meteorológico anunciaba lluvias para este martes y miércoles, se renovaron nuevamente las esperanzas de la población, en especial de los sectores productivos primarios.
Pero la lluvia pronosticada se presentó apenas con unos 6 milímetros, con la cual se diluyeron nuevamente las esperanzas de que venga un alivio al prolongado déficit hídrico que viene desde principio de años.
Aunque las bajas precipitaciones ya vienen desde los últimos años, si bien no de una manera tan prolongada como la que se soporta en la actualidad.
El impacto para el campo
Junto a la falta de lluvias, este fin de semana se sumó otro factor climático adverso, con las elevadas temperaturas y el fuerte viento norte, que evaporan la poca humedad que pudiera tener el suelo de las escasas lluvias pasadas.
Esto afecta a las poblaciones como Sáenz Peña, donde se tienen serios inconvenientes para el abastecimiento de agua a la gente. Pero en especial los perjuicios para la actividad agropecuaria donde las consecuencias perdurarán varios meses hacia delante, por el impacto en la actividad económica principal de todo el interior de la provincia.
Esto se debe a que la sequía impidió en muchos casos la siembra en lo que va del año. Salva el girasol, que con algunas escasas lluvias los productores se animaron a cultivar.
Entonces, las pequeñas lluvias que se registraron desde septiembre y a principio del mes de octubre, traen algunos beneficios para los cultivos ya implantados como el girasol.
Aunque sólo en los casos de los productores que realizaron un buen manejo previo del suelo, con un adecuado barbecho. Aquí pueden tener mejores resultados al final de la campaña.
Pero esta semana se observaron los lotes de girasol del departamento que están muy “raleados”, es decir, que crecieron pocas plantas por hectárea. Y las plantas que pudieron prosperar se encuentran muy afectadas.
Perjuicios para la ganadería
Las pérdidas más grandes se vienen presentando para la ganadería. Ya que los pozos, represas, y otras reservas de agua se encuentran totalmente agotadas por la falta de precipitaciones.
A esto se suma el agravante de que los animales hace varios meses que no cuentan con las pasturas que se secaron completamente. Por lo cual, los pocos productores que están en condiciones económicas, debieron comprar alimentos para los animales, con el consecuente incremento de los costos de producción.
Pero aún así, en el caso de que los ganaderos puedan comprar el alimento para su hacienda, no se corta la mortandad de animales a causa de la falta de agua que ni siquiera se puede comprar por lo cual, las consecuencias en la ganadería se observarán también varios años hacia delante porque bajará el índice de preñez y de parición de los animales, entre otros indicadores de la actividad.
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