Esa fue la conclusión a la que llegaron 250 científicos que participaron en el Segundo Simposio Internacional sobre el tema, auspiciado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.
La acidificación se produce como consecuencia de la capacidad que tienen los océanos de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono. Se estima que los mares captan aproximadamente un tercio de los gases emitidos por el uso de combustibles fósiles. Cada año esta cifra alcanza 8.000 millones de toneladas de dióxido de carbono.
James Orr, especialista del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y presidente del encuentro, dijo que desde los comienzos de la Revolución Industrial la acidez de los océanos ha aumentado en un 30%. Agregó que este incremento es mayor y cien veces más rápido que cualquier otra modificación anterior de la acidez marina ocurrida en millones de años.
Subrayó que de aquí al año 2030, las aguas serán corrosivas para los caparazones de algunos caracoles que viven cerca de la superficie, que son la fuente principal de alimento del salmón. La desaparición de estos caracoles afectaría gravemente a la industria salmonera.
Los científicos convinieron en que se necesita continuar con la investigación para comprender las posibles repercusiones de este proceso. También reiteraron que la reducción de las emisiones de dióxido de carbono sería el único medio eficaz para estabilizar e incluso invertir la acidificación de los mares, que se podría conseguir a un costo asequible.
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