El agua es un elemento esencial para la vida. Todos los años se alerta sobre la contaminación y sobre los desastres ecológicos que sobrevendrán en el planeta si no se toman a tiempo las medidas correspondientes. En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, que se realizó en 2002 en Johannesburgo, se hizo un llamado urgente para hacer frente al problema de la falta de agua en el mundo. Según Naciones Unidas, una de cada cinco personas en el mundo no tiene acceso al agua potable mientras que alrededor de 2.400 millones carecen de condiciones adecuadas de salubridad. El Banco Mundial señaló que en el año 2025, 48 países, que albergarán en su conjunto una población de 1.400 millones, experimentarán graves problemas por la escasez de agua, bastante más que los 29 países con una población de 436 millones de personas, calculados en 1995.
Tucumán, por cierto, no es ajeno a esta preocupante realidad. Muchos cauces de agua siguen siendo contaminados como consecuencia de la basura y de los desechos industriales que se arrojan diariamente, y a ello se suman importantes sectores de la población que carecen del líquido elemento. Por ejemplo, hay zonas de Yerba Buena, El Corte y San Javier que se quedan virtualmente sin agua durante el verano. Aún estamos en primavera y los vecinos del barrio Imbaud, de Yerba Buena, y de El Corte, en el piedemonte del cerro San Javier, sufren las consecuencias de un servicio deficiente desde hace meses: sólo disponen de agua dos horas por día y no llegan a llenar los tanques. Una buena parte de los vecinos no puede cocinar ni usar los baños: para ducharse tienen que ir a casas de parientes. Lo paradójico -según la queja- es que muchos de ellos pagan puntualmente las boletas de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). Desde la prestadora del servicio, se dijo que la zona de Lomas de Imbaud y El Corte reciben el líquido directamente de una toma superficial que se encuentra en el río Piedras, en San Javier. Tiene capacidad para captar 300 m cúbicos por hora, pero la SAT sólo toma 50 para no interrumpir el curso normal del río. Esta toma también se utiliza para reforzar el servicio en Villa Carmela y otras zonas del municipio del piedemonte.
Se informó que para solucionar el problema se hizo un pozo profundo en el río Muerto. Este tiene mucho caudal, pero al no ser suficiente se construirá una toma sobre el mismo río, a unos 200 m al sur del puente de El Corte con capacidad para tomar 1.000 m3 por hora, de los cuales se captarán 500 para no interrumpir el curso de agua. Si bien estamos saliendo de una prolongada sequía, la situación se agrava -según la SAT- por el consumo desmedido de agua. Se estima que en Yerba Buena se utilizan 600 litros por habitante por día, mientras que en la capital, el promedio es de 400 litros. Se considera que lo ideal para la zona serían como máximo 250 o 300 litros. La firma prestadora señaló que muchas personas colocan bombas en los caños de la red pública y succionan el agua destinada a todos los usuarios.
La falta de agua genera un lógico malestar en la población, mucho más si se paga por un mal servicio. Esta situación, que se registra constantemente, está reflejando la falta de previsión. Yerba Buena es una de las ciudades que más han crecido en los últimos tiempos: se han construido numerosos barrios, countries e hipermercados. A mayor población, mayor consumo de servicios. Antes de iniciar cualquier emprendimiento urbano, la Municipalidad y la SAT no deberían autorizarlos si no se realizan los estudios de factibilidad pertinentes, teniendo en cuenta que son los vecinos los que sufrirán las consecuencias en un futuro inmediato.
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