Más de 16.000 habitantes de las riveras de los ríos Naya, Yurumanguí, Cajambre, Raposo y Anchicayá se encuentran en alerta por el desbordamiento de las aguas.
Según algunas personas que viven en esas zonas, las crecidas ya comienzan a afectar viviendas, cultivos y obligó a muchas familias a salir de sus hogares.
Aunque no hay reporte de víctimas fatales, algunos animales domésticos perecieron por las inundaciones.
De acuerdo a un primer informe de la Oficina Local de Prevención y Atención de Desastres, la zona más afectada por el fuerte invierno que golpea la región es el río Anchicayá.
Allí se contabilizaron más de 260 hectáreas anegadas, lo que ha ocasionado la pérdida de cultivos de pancoger, papa china, yuca, plátano, maíz y hortalizas que han sido arrasados por las aguas que se han desbordado.
Igualmente, según Arbinton López, de la entidad municipal destacó que hasta este momento hay 150 viviendas afectadas, dos de ellas dañadas parcialmente y tres guarderías que han perdido sus techos.
“La situación es dramática pues de persistir el invierno las consecuencias podrían ser más graves”, dijo el líder de la comunidad de Anchicayá, Silvano Caicedo.
El censo de daños será enviado a los organismos de ayuda de nivel medio para posibilitar la ayuda necesaria.
Entre tanto, se mantiene un monitoreo constante sobre los otros ríos que amenazan salirse de su cauce.
Igual ocurre con el río Dagua que presenta niveles por encima de los normales y el río San Juan que ya comienza a inundar parcelas y viviendas en la zona que corresponde al Valle del Cauca.
Carreteras cerradas
El embate del invierno también afectó otras zonas de Colombia.
Las carreteras en las seis subregiones de Norte de Santander están taponadas por diferentes derrumbes en la red primaria: Cúcuta – Pamplona – Bucaramanga; Pamplona – Chitagá y Cúcuta – Ocaña.
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