Por primera vez, funcionarios del área provincial a cargo del control del uso de agua admitieron públicamente como razonable que en Río Tercero las grandes industrias no la extraigan de las mismas napas de las que se abastece la ciudad para consumo humano. También por primera vez dijeron que la repartición podría analizar que para uso industrial se pueda recurrir a otras fuentes alternativas.
Ambas definiciones partieron, en diálogo con La Voz del Interior, del director de Jurisdicción de Control y Explotación de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia (ex Dipas), Jorge Bresciano.
El funcionario participó el jueves en Río Tercero del acto de firma del convenio entre la Cooperativa de Obras y Servicios local y la Universidad Nacional de Córdoba, por el cual un instituto de Hidrogeología de ésta estudiará durante un año la disponibilidad de aguas existentes en las napas de las que se abastece la ciudad.
En la Cooperativa admiten la inquietud que genera hacia el futuro el dato de que el mismo consumo (unos cuatro mil millones de litros por año) de los 48 mil habitantes de la ciudad, tienen las tres principales industrias. El dilema es que uno y otro compiten por la misma fuente: las napas subterráneas más profundas que tienen aún alta calidad de agua.
Tal como ha publicado este diario en sucesivos informes sobre este tema, las industrias explican que recurren a las napas porque es la propia Provincia la que les impide extraer agua del río o de otra fuente.
El geólogo Héctor Frontera, profesor de la cátedra de Hidrogeología de la UNC y director del estudio a encarar en esta ciudad, señaló el jueves que lo central será establecer si la recarga de las napas es superior o inferior al ritmo de consumo. Si es inferior, la ciudad estará en problemas en el futuro y deberá repensar de dónde obtendrá el agua en algunas décadas más.

Primeras respuestas
Hasta ahora, la Subsecretaría de Recursos Hídricos no había respondido sobre el tema, ni ante consultas de este diario ni ante pedidos de informes planteados en la Legislatura provincial.

El siguiente es el diálogo que este diario mantuvo con Jorge Bresciano, de esa repartición, abordando estas cuestiones.

–Las industrias dicen que la Provincia no le permite tomar el agua de otro lado que no sean las napas...

–El recurso superficial del río y del lago depende mucho de las necesidades de las usinas eléctricas, se reserva más el caudal para asegurar ese uso y se prefiere hasta ahora que la población y las industrias utilicen más bien el recurso subterráneo. Pero la inquietud es razonable y le diría que hay posibilidades de hacer que las grandes industrias tomen el agua no de las napas profundas sino del subalveo, es decir, la capa de agua que corre por debajo del río. Esa zona aluvional lleva mucha agua y es posible que pueda usarse con fines industriales.

–Podría la Provincia avanzar en ese sentido...

–Sí, podría analizar y dar factibilidad para usar ese recurso con ese fin, para que dejen de recurrir a las napas profundas.

–Su repartición es la que lleva los registros: ¿cuál es el consumo de las tres principales industrias en relación con el de la ciudad?

–No lo tengo en mi memoria, pero la demanda de esas empresas es similar a la de toda la ciudad de Río Tercero. Nosotros empezamos a exigir desde el año pasado a todas las industrias que extraen agua de napas que coloquen medidores o caudalímetros. De a poco los están poniendo y vamos a intimar a las que no lo han hecho. Eso nos permitirá tener más certeza de sus consumos. Como las perforaciones están en sitios privados, la verdad es que muchas veces desconocemos el consumo real, que con este sistema ya podremos precisar. También la Cooperativa deberá colocar caudalímetros en sus propios pozos de extracción. Eso será acá y en toda la provincia.

–¿Por qué para uso industrial no se limita el acceso a las napas de mayor calidad y se les autoriza sólo usar el agua de las napas superiores, ya más deterioradas?

–Podría ser una alternativa. Pero ocurre también que a las industrias les conviene usar la mejor agua posible, para evitar tratarla, por el costo adicional que eso supone. Pero es evidente que en la medida en que el agua vaya escaseando para la población, la prioridades deberá tenerla el consumo humano y el uso industrial deberá limitarse a otras fuentes.

–El lago Piedras Moras tiene tomas para riego que nunca se usaron. ¿Es descabellado que las industrias riotercerenses se abastezcan de allí?

–No es descabellado. Es una idea que podría analizarse en el marco de un contexto general que permita ver si alguna vez no se usará eso para riego, o si alcanza el caudal del agua para asegurar la generación de energía. Habría que ver cuánto se usaría.

–Otras extracciones de las napas son para riego agropecuario. Si el recurso se torna escaso, ¿no es un derroche sacar agua para regar soja?

–Siempre la prioridad debe ser asegurar el recurso para el consumo humano. Pero tampoco hay que hablar de derroche por el riego, si éste fuese necesario para la producción y para la población. Nosotros, como Estado, estamos para velar por el uso racional y correcto de ese recurso, que es absolutamente vital.

–¿Pero esa área del gobierno provincial está en condiciones de controlar todo eso? No es la impresión existente...

–Nosotros pedimos tener los recursos necesarios, tanto económicos como humanos, para poder cumplir el rol que nos corresponde como repartición oficial a cargo de este tema. Esperamos que lo podamos hacer. Venimos de una ola, en los años ‘90, en que parecía que todo debía privatizarse y el Estado reducirse a la mínima expresión. Así fue que la Dipas pasó de 2.000 a sólo 260 empleados en la actualidad.