Y, lo peor, es que la participación del sistema en la producción de agua aún está en veremos.
En tanto el presupuesto de la obra fue creciendo, tanto que terminaría triplicando la estimación inicial.
Esto será así, si se concreta una nueva obra presupuestada en 12 millones, propuesta semanas atrás por la Municipalidad de Paraná a la Nación para quitarle “vulnerabilidad” al sistema, según se dijo.
La megaobra empezó a gestarse en 2004, después de un verano tórrido que dejó a media ciudad sin agua. Fue ahí cuando el gobierno encabezado por Julio Solanas encaró gestiones ante la Nación, que en enseguida dio el sí. Fue en julio de ese año, cuando en un acto en la Plaza de Mayo, el presidente Néstor Kirchner anunció la ejecución inmediata de la nueva planta con recursos nacionales.
En ese momento, es estimaba que iba a demandar 43 millones de pesos, bastante menos que la última cifra difundida -105 millones- y que las tareas iban a comenzar en octubre de 2004.
Al final el proceso de licitación tomó parte de 2005 y los primeros movimientos de maquinaria y obreros comenzaron lentamente en octubre de ese año. Desde entonces empezó a correr el plazo de ejecución fijado en 24 meses.
“PREOCUPADOS”. El año pasado se anunciaron varias fechas de inauguración. Finalmente el acto nunca se concretó. Es que empezaron a aparecer fallas en la obra, que truncaron el avance. A mitad de 2007, cuando faltaba poco más de un mes y medio para la última fecha fijada por el Municipio, trascendió que habían aparecido fisuras en el hormigón de la cisterna mayor de la planta de Echeverría y Rondeau.
A eso le siguió una serie de roturas en las cañerías nuevas, problema que este año derivó en la revisión de la red por parte de la empresa constructora. Ese trabajo todavía se está haciendo. También aparecieron inconvenientes en centros de distribución: el último que trascendió fue la aparición de filtraciones en la cisterna de Lola Mora.
Las fisuras fueron reparadas el mes pasado. “Las fallas que se detectaron (en Lola Mora) son propias de la obra”, había justificado un funcionario municipal ante la consulta de EL DIARIO.
En tanto, el mismo funcionario admitió que hay inquietud por la demora en la terminación de la obra. “Están todos preocupados, sobre todo la gente de la Nación, porque desde la primer licitación que hizo el Enhosa (Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento a cargo de la financiación y control de la obra) fue en 2004, y ya van a hacer cuatro años de eso. Es una cosa kilométrica”, dijo y aclaró que aún falta terminar el centro de distribución Ejército.
PARA ARRIBA. El presupuesto fue variando: empezó con una estimación de 38 millones (Ver recuadro), pasó a 43 millones y la licitación fue por un total de 74 millones. Luego se fue actualizando el monto –por “la evolución de los costos y algunos cambios en el proyecto”- hasta ubicarse en unos 105 millones.
Esa cifra ascendería a 117 millones si se concreta el anteproyecto denominado Cierre Sur, elevado por la Comuna al Enhosa. La intención es “reforzar” la cañería de distribución, informó el Municipio el viernes.
El secretario de Saneamiento, Juan José Moreno, había explicado a esta Hoja que con el proyecto se buscaba quitarle vulnerabilidad al sistema. Dijo que se construiría una cañería desde la planta de Avenida Ramírez al centro de distribución Parque del Lago.
Así se “cierra una especie de anillo y si hay alguna contingencia en algún punto de distribución (por la red abastecida por la planta nueva), se puede dar repuesta desde la otra cañería”. El proyecto, según el funcionario, tuvo una “respuesta positiva” en el Enhosa y estimó que a principio de año se podría estar llamando a licitación.
Así las cosas, la planta potabilizadora de Ramírez fue recobrando un rol protagónico. Es que en el proyecto inicial se planeaba la adaptación de esa planta en un centro de distribución y ahora, se prevé que en el verano continúe abasteciendo el centro, oeste y sur de la ciudad.
¿Un sistema más barato y eficiente?
El primer anteproyecto de una nueva planta fue elaborado por profesionales, empleados de Obras Sanitarias de la Comuna. Se presentó en 2004 y fue esa la idea que llevó el Municipio a Buenos Aires. Pero allá, en el Enhosa, todo se cambió.
“Nuestro proyecto era más simple, más probado, más eficiente. Y mucho más barato: un tercio de lo que cuesta éste (por la actual planta), cuenta uno de los autores que el resguardo de su identidad.
El proyecto tenía como base la planta vieja de Avenida Ramírez. “Habíamos tomado, en cierta forma, el lema que tienen los alemanes para la construcción de las cosas: evolucionan sobre lo viejo. Ese era el esquema mental de trabajo”, relata.
Se trataba de una planta cuya producción iba rondar los 4.5 mil metros cúbicos a través de tres módulos de 1.5 mil metros cada uno. “Era como una pizza, (los tres módulos) eran tres porciones y después se podían agregar hasta diez más, en función de las necesidades”, explica y añade que el nivel de producción iba a superar el del nuevo sistema. Se trataban de 4.5 mil metros cúbicos que se iban a sumar a los 4 mil que produce la planta vieja: en total sumarían 8.5 mil metros. El sistema actual produce 6 mil metros cúbicos, aclara.
“El costo de operación de la planta nueva es mucho más elevado que el sistema proyectado por nosotros”, dice. Es que el diseño local “no tenía motores, mientras que (el actual sistema) tiene como cincuenta”. Era todo por gravedad. Así, el empleado advierte que la Municipalidad tendrá dificultades para mantener el sistema. La inversión estimada era de 38 millones en 2004.
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