La intensa y prolongada sequía que soportan los ganaderos de varias comunidades de las provincias O’Connor y Gran Chaco de Tarija, ocasionó la muerte de al menos 4.000 cabezas de ganado vacuno.
Según reportes extraoficiales, los cantones de Suaruro, Tarupayo, Ipaguazu y Chimeo de la provincia O`Connor, además de varias comunidades de Gran Chaco, son los más afectados con este fenómeno natural.
El presidente de la Federación de Ganaderos de O’Connor, Walter Ferrufino, aseguró que la sequía en esta región, además de castigar a la salud de la población, ocasiona enormes pérdidas económicas.
Ante esta cruda realidad, este sector gestiona apoyo económico de emergencia ante la Prefectura de Tarija, aunque hasta la fecha aún no se concreta esa urgente demanda.
La principal actividad económica en los mencionados cantones de la provincia O’Connor, es la ganadería y esto se evidencia con que cada familia tiene entre 50 hasta 100 cabezas de ganado vacuno.
En ese sentido, la muerte de hasta unos 10 animales representa una gran pérdida económica para los ganaderos.
La extensa zona del Chaco tarijeño soporta, una vez, más una severa sequía desde hace varias semanas, siendo las citadas provincias las más afectadas.
Según el representante de los ganaderos de esta zona, hasta los primeros días de esta semana, cerca de dos mil cabezas de ganado vacuno perecieron por falta de agua.
De otro lado, la carencia del líquido elemento también afecta en la alimentación de los animales, porque el forraje también escasea.
ClAMAN AYUDA
Ante este drama, los campesinos de los cantones de Suaruro, Tarupayo, Ipaguazu y Chimeo solicitan de manera urgente el apoyo de las autoridades de la Prefectura de Tarija y del Gobierno.
Protestan porque hasta ahora el gobierno departamental hace oídos sordos a este clamoroso pedido, que de ser atendido evitará la muerte de más ganado.
“Necesitamos el alquiler de cisternas para el traslado de agua para consumo de los animales en las diferentes comunidades”, afirmó el Presidente de la Federación de Ganaderos de O’Connor.
Además requieren apoyo con maquinaria pesada como retroexcavadoras para captar agua filtrada de las quebradas.
Asimismo, necesitan medicamentos veterinarios para salvar la vida de las miles de cabeza de ganado vacuno.
La falta de lluvias y la demora de la ayuda hacen temer a los ganaderos y campesinos una verdadera catástrofe.
“Si siguen muriendo más animales por falta de agua, las familias tendrán que migrar hacia las ciudades y poblaciones en busca de subsistencia”, sentenció el directivo de los ganaderos de la provincia O’Connor.
MERMAN LOS PRECIOS
Otro problema que confronta este sector es el enflaquecimiento del ganado por falta de alimentos y agua.
En esas condiciones es difícil sostener el precio de cada animal. Los animales que murieron por falta de agua y comida apenas llega a costar entre 1.000 a 1.500 bolivianos.
Asumiendo estas consecuencias de la devastadora sequía, las pérdidas económicas de los campesinos son cuantiosas, lamentan los ganaderos de la región.
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