VECINOS del sector sur y centro-sur de Tornquist manifestaron, en los últimos días, su preocupación por haber identificado "un líquido blancuzco", con fuerte olor, en la red de agua que abastece los domicilios. De inmediato, las autoridades municipales dispusieron tomar muestras y enviarlas para el análisis correspondiente. Al respecto, el intendente, Gustavo Trankels, recordó que la comuna firmó un convenio con la Autoridad del Agua bonaerense, para efectuar periódicos controles bacteriológicos y físicoquímicos del agua que consume la población.
EL EPISODIO (que merecerá las debidas conclusiones, luego de los estudios técnicos), aun considerando que se trate de circunstancial, pone de manifiesto que subsisten diversas falencias en el servicio de agua corriente en distritos del sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Son conocidos, por ejemplo, los agudos inconvenientes que, en la materia, viene experimentando Médanos, cuyas fuerzas vivas, con el respaldo de la Municipalidad, han requerido de la Provincia las necesarias soluciones, a fin de asegurar un abastecimiento regular y confiable que permita erradicar de modo definitivo las limitaciones a que se encuentran expuestos los consumidores.
POR SU parte, Algarrobo brega, desde hace muchas décadas, por contar con agua de red de buena calidad. Al respecto, cabe recordar que, en septiembre último, el intendente municipal de Villarino, Raúl Mujica, suscribió un acuerdo con el productor agropecuario Osvaldo Rodríguez, quien autorizó la realización de 16 perforaciones en su establecimiento rural, las cuales posibilitarían entregar a los frentistas un producto apto. Ello implica la participación del Servicio de Provisión de Agua Potable y Saneamiento Rural (SPAR) del gobierno bonaerense. Asimismo, los planes contemplan la realización de un acueducto de 1.600 metros de extensión que nacerá en los referidos pozos y continuará por el predio particular, hasta llegar a la red del sistema domiciliario.
EN MATERIA de cuestiones sanitarias, no puede dejar de mencionarse la situación derivada de la alta presencia de arsénico en el agua que consumen miles de pobladores de localidades de la región de influencia. Asunto prioritario, obviamente, que sigue constituyendo una de las preocupaciones esenciales de esos pueblos, aunque la obtención de las soluciones adecuadas no parece estar al alcance de la mano.
EN FIN, son varios todavía los ejemplos de pequeñas ciudades y de localidades que siguen padeciendo las consecuencias de compromisos no cumplidos en materia de abastecimiento de agua potable, así como de obras sanitarias, pese a que sus entidades representativas, los municipios y los legisladores han bregado con auténtico esfuerzo por conseguir la ejecución de los emprendimientos que permitieran superar tales deficiencias. Cabe esperar que el gobierno provincial, dentro de sus posibilidades presupuestarias, pueda responder con mayor prontitud a atendibles demandas como las comentadas, que son apenas una muestra de las necesidades existentes.
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