En un nuevo intento porque se cumpla con la medida judicial que ratificó la demolición de los varios kilómetros de terraplén levantados en los Esteros del Iberá, un centenar de jinetes marchó el sábado a través del camino histórico del Paso Mbiguá hacia Yahaveré. Fue la contramarcha a la realizada por otro grupo que, apoyado por intendentes y la ex Forestal Andina, pretenden la conservación del terraplén como camino y que ayer formalizó la entrega de mil hectáreas a cuatro familias del paraje. Así, este pequeño espacio de la reserva fue epicentro de dos realidades contrastantes donde terratenientes, ecologistas y pobladores se dirimen razones de derecho.
Los jinetes de la contramarcha, mayoritariamente pobladores de Yahaveré y de los parajes vecinos de Ñupi y Carambola, acompañados por delegaciones de las localidades de Mburucuyá, Concepción y Carlos Pellegrini, marcharon en reclamo del cumplimiento de la sentencia judicial que ordena la demolición del terraplén que obstruye las aguas del Iberá, “amenazando con inundar gran parte de la reserva, incluido Yahaveré”, aseveraron los actores de la movida.
Representantes de la coalición nacional de ONG ambientalistas, donde se destacan los sellos de Greenpeace, Aves Argentinas, Félix de Azara, Proteger, FARN, entre otras veinte, se sumaron a la marcha en defensa del cumplimiento de las leyes ambientales, las reservas naturales y el reclamo de los campesinos de Yahaveré por sus tierras.
El párroco Rubén Barrios encabezó la marcha con su poncho al viento, seguido por Bruno Leiva, Miriam y Hernán Sotelo; las familias Sandoval, Gómez, Leiva, Ríos y tantos otros pobladores locales que quieren que las leyes se cumplan. Aseguran que “fue emocionante ver la respuesta de la gente de Concepción, que a las 6 de la mañana comenzó a preparar sus caballos, sus calchas y ponchos para estar presentes en esta marcha histórica por el Iberá”.
La protesta repudió al terraplén y a la “impunidad” de la empresa Estancias San Eugenio SA (ex Forestal Andina), al tiempo que reivindicó el cumplimiento de las leyes y al Paso Mbiguá como el camino usado históricamente por los pobladores de Yahaveré. Fue una cabalgata de 5 horas, con mucha alegría y sapukay. No faltaron las demostraciones de destreza sobre el caballo, las banderas al viento, los galopes y las anécdotas sobre la vida en el estero.
El fin conocido
El entusiasmo de los que marcharon fue sólo empañado al final del camino por la otra marcha efectuada por la ex Forestal Andina y los intendentes de Santa Rosa, Juan José Encinas, y de Concepción, Mirian Fernández. Aseguraron que éstos “se apostaron con tractores y camionetas en las vecindades del terraplén e intentaron impedir el paso de los pobladores y sus acompañantes hasta la vivienda de los Leiva, donde los esperaban con un guiso”. Todo esto obligó a la comitiva a comer un asado frente a la primera vivienda del paraje.
Los marchantes se quejaron por la prohibición de tener libre el paso por el lugar a pesar de las medidas cautelares que obligan a mantener abiertos los caminos históricos. Las quejas y repudio contra San Eugenio se multiplicaron entre los que marcharon, poniendo de manifiesto que la firma en cuestión “insiste en mantener obras que atentan contra el ambiente, los pobladores locales y las instituciones del Estado; oponiéndose con fuerza bruta a una manifestación pacífica de los ciudadanos que reclaman respeto por la Justicia y la ley”.
En ese marco, reclamaron que es “imperioso que el Poder Ejecutivo de Corrientes actúe, se haga presente, y evite estas situaciones peligrosas de patoterismo contra los ciudadanos”. “El Paso Mbiguá es el camino natural de acceso a Yahaveré, así lo demostraron los 100 jinetes que en esta cabalgata recorrieron la traza que demarcaron los primeros correntinos del Iberá”, manifestaron.
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