El Ing. Aldo Marcos, de Hidrovial Consultores, asegura que la tecnología para desalinizar agua salada, a través de la ósmosis inversa, es muy avanzada y utilizada en todo el mundo. También existen varias opciones de qué hacer con las aguas residuales. “Descartar la ósmosis inversa sería un gran error”, dijo.
El ingeniero Marcos significó que todo emprendimiento de desalinización depende de la correcta gestión del agua residual, un tema sumamente estudiado y explorado.
Las sales filtradas del agua salada, a través de la ósmosis inversa, en muchos países son inyectadas en pozos más profundos y salados, como mejor opción técnico-económico-ambiental y esto también sería viable para el Chaco, según expertos de la Universidad de Alicante (España) y de Alejandría (Egipto).
“Descartar la ósmosis inversa como uno de los métodos aplicables al Chaco sería un profundo y grave error”, asegura Marcos.
La ósmosis inversa es una superfiltración del agua salada; se logra con equipos de última generación en otros países.
Otras opciones serían cristalizar las sales para ser embolsadas y desechadas; aprovechar ciertos minerales para proveer por ejemplo al ganado y dejar de importarlas de Brasil y Bolivia; cría de peces marinas, entre otras.
Agregó que existen innumerables casos en el mundo y también hay plantas funcionando en el Chaco mismo, donde “se ve que al cabo de algunos años de desalinización, la salinidad del acuífero de origen disminuye notablemente, permitiendo así desalinizar más cantidad de aguas, sin aumentar la capacidad de los equipos.
Esto se debe posiblemente al efecto conjunto de la explotación del acuífero y la recarga del mismo con agua de lluvia”.
Actualmente, en la zona del Chaco, los tajamares son los recursos utilizados para la conservación de agua de lluvia para el uso durante todo el año.
Por otro lado resaltó que los equipos de ósmosis inversa están diseñadas actualmente como “equipos de batalla”, es decir para operar en zonas áridas, desérticas e inhóspitas, operando prácticamente solos y no requieren casi de control, pues poseen sistemas de automonitoreo y alarmas, que detectan fallas y las comunican a la central, que puede inclusive estar a kilómetros de distancia, desde donde se pueden apagar los equipos de ser necesario.
“Hoy en día existe la tecnología adecuada y suficiente experiencia internacional. La ósmosis inversa forma parte de la solución definitiva a la falta de agua en el Chaco. Es una solución económica y sustentable”, enfatizó Marcos, quien ha estudiado este tema últimamente en conjunto con la Universidad del Norte, Hidrovial Consultores, Alexandria University (Desalination Studies and Technology Center (Egipto), Aqualyn AS (Noruega), Norwegian University of Science & Technology (Noruega) y otros expertos noruegos en energías alternativas.
El ingeniero sostuvo además que se debe tener mucho cuidado con la desinformación y falta de conocimiento de los avances tecnológicos actuales y en este sentido sería interesante escuchar también a expertos de Israel, Egipto, EE.UU., España o Jordania sobre las posibilidades de la desalinización en el Chaco paraguayo, cuya limitante de desarrollo sigue siendo el agua.
La ósmosis inversa consiste en separar un componente de otro en una solución, mediante las fuerzas ejercidas sobre una membrana semipermeable. Su nombre proviene de “ósmosis”, el fenómeno natural por el cual se proveen de agua las células vegetales y animales para mantener la vida.
|
|
|