Ante la llegada de la onda tropical número 43, aumentan las probabilidades de abrir las compuertas de la represa General Francisco Morazán, conocida como “El Cajón”, para realizar las primeras descargas de agua.
La descargas obligarían a las autoridades, según Copeco, a evacuar unas 300 mil personas que habitan comunidades asentadas en las riberas del río Ulúa.
En vista de que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha pronosticado 24 horas más de lluvia y el embalse de “El Cajón” ha llegado a un nivel crítico, 286 metros sobre el nivel de mar, los técnicos recomiendan las “descargas controladas” como medida preventiva.
Rolando Rodríguez, jefe de mantenimiento y seguridad de la represa, informó que ya le recomendaron al Comité Permanente de Contingencias (Copeco) sobre la necesidad de realizar las descargas de agua.
“Serían unos 300 metros cúbicos de agua por segundo. Eso es poquito y no va a causar inundaciones en el Valle de Sula”, dijo Rodríguez.
El pasado lunes, el nivel del embalse se situó en 280 metros sobre el nivel del mar. Ayer, por la tarde, se encontraba 6 metros arriba.
En octubre de 1998, durante el huracán Mitch, cuando el nivel se encontraba en los 287 metros, las autoridades gubernamentales ordenaron abrir las tres compuertas para verter 500 metros cúbicos por segundo al río Humuya.
Ayer, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, autoridades de la costa norte y de Copeco, sostuvieron una reunión para analizar las posibilidades de realizar las descargas como medida preventiva.
Carlos González, comisionado regional de Copeco, dijo que “han aumentado las probabilidades de abrir las compuertas” a causa de las lluvias que podrían precipitarse y aumentar el caudal de los ríos que alimentan la represa.
Según González hoy viernes los técnicos de la represa podrían abrir las compuertas, dependiendo del comportamiento de las lluvias.

CAPACIDAD
La represa tiene capacidad de contener 5 mil millones de metros cúbicos, pero los especialistas estiman que es conveniente realizar las primeras descargas para controlar el volumen y evitar una inundación de gran magnitud.