Los alcaldes de los municipios de Villanueva, Potrerillos y Pimienta han calificado como incuantificables las pérdidas que hasta el momento han dejado las inundaciones.
Raúl Ugarte, edil del municipio de Pimienta, expresó que hasta la fecha no han realizado el inventario de los daños causados por las llenas en las comunidades afectadas.
“Un equipo de Copeco y otro de la Cruz Roja son los que evalúan los daños en el municipio”, manifestó. Informó que en Pimienta hay 235 familias damnificadas, albergadas en varios lugares como el Centro Cívico, iglesias y escuelas del municipio.
Las comunidades más afectadas por la crecida del Río Ulúa que anegó las viviendas son La Línea, El Tanque, La Bomba, Barrio Abajo y Santiago.
“Estamos entregando alimentos a quienes se encuentran en los albergues. En la comunidad de La Bomba estamos haciendo llegar los víveres en lancha porque aún no hay paso para los vehículos”, expresó Ugarte.
El edil agregó que las ayudas de las personas y las empresas solidarias ya están llegando a los que más lo necesitan.
“Muchos ciudadanos han enviado ropa, comida y zapatos; estamos esperando que una organización de Estados Unidos nos traiga una nueva donación que entregaremos en los próximos días”, concluyó.
Potrerillos
En el municipio de Potrerillos muchas de las casas continúan anegadas, lo cual imposibilita que las familias que se encuentran refugiadas en los albergues temporales puedan retornar a sus hogares.
Valentín Ramírez, alcalde de este municipio, manifestó que las familias no pueden dejar los refugios porque se esperan más lluvias que causarían nuevas llenas y pondrían en peligro la vida de los pobladores.
“Nos preocupa que los bordos estén destruidos, además de que unos cinco mil menores pierdan su año lectivo porque se están utilizando los centros de estudio como refugios de los damnificados.
A esto se suma el problema social y económico de los pobladores”, aseveró Ramírez. En este municipio están habilitados ocho albergues que cobijan a 450 familias; las escuelas Minerva, José Cecilio del Valle, José María Elvir, Elsa Gloria Ruiz y Santos Quiroz y varias iglesias locales son los lugares en los que se les brinda refugio a los damnificados.
Aporte
Las ayudas han comenzado a llegar a los que más lo necesitan en Potrerillos; Ramírez dijo que la Comisión Permanente de Contingencias, Copeco, le entregó colchonetas, frazadas, provisiones y kit de aseo personal.
Indicó que los más afectados con estas llenas son los productores, pues unas mil 200 manzanas de cultivo de plátano, caña de azúcar, maíz y frijoles resultaron afectadas.
En constante zozobra viven los residentes del barrio La Independencia de Villanueva por la inesperada crecida de la quebrada El Olingo, que ha labrado los márgenes provocando que las viviendas de la ribera se derrumben.
“No hemos dormido por la incertidumbre y el temor que tenemos de que las casas se vengan abajo y nuestras familias mueran soterradas. Yo ya evacué antes de que ocurra una desgracia”, manifestó José Morel, habitante de dicha colonia.
Los vecinos hacen un llamado a las autoridades de infraestructura municipal para que realicen las reparaciones respectivas. “Sólo han venido a tirar una piedras en el cause y de allí no han hecho nada más”, expresó Morel. “Con las lluvias que han caído en los últimos días, la quebrada ha crecido y tenemos temor de que continúe lavando por abajo”, dijo.
Epidemias afecta a damnificados limeños
Los pobladores de La Lima claman por medicamentos para sus hijos; hay niños con diarrea, gripe, alergia y enfermedades de la piel por el agua sucia.
Las plagas, la falta de agua potable y alimentos en condiciones insalubres empezaron a desatar epidemias entre los damnificados limeños.
Los niños y ancianos son los más afectados por enfermedades como la diarrea, calentura, problemas intestinales y en la piel.
También se temen brotes de dengue debido a las condiciones en las que permanecen.
Los residentes de la colonia El Buen Samaritano, cuyas casas están anegadas por las aguas del río Ulúa, claman por medicamentos pues están en los altos de un bordo a sol y sombra.
"Necesitamos que nos manden un doctor que venga a revisar a los niños porque esto va para largo y nuestros hijos ya empezaron a enfermarse", expresó Alejandrina Cruz.
Sólo de esta colonia se han registrado más de 70 adultos y 160 niños damnificados que se han quedado hasta sin zapatos y ropa.
Cruz señaló que les es difícil tomar medidas higiénicas porque no tienen los recursos.
"Cocinamos en hornillas que están a un bloque de la tierra, tragamos polvo todo el día y en la noche aguantamos frío y nos pican los zancudos", lamentó la afectada.
En los albergues
Similar situación viven las más de 300 personas evacuadas en las instalaciones del polideportivo Chulavista.
En este albergue cuentan con techo pero el inmueble no tiene paredes y la mayoría de personas duermen en el suelo.
Aunque los cuerpos de socorro, autoridades, iglesias y organizaciones ya empezaron a llevar alimentación a los damnificados, ellos hoy claman por medicinas.
* Aporte. Los miembros del patronato se han unido para comprar alimentos para todos.
* Las familia urgen de víveres, agua potable, ropa y zapatos, especialmente para los niños.
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