El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) distribuye asistencia básica entre la población afectada por las inundaciones registradas en Honduras, donde las lluvias de los últimos días dejaron al menos diez muertos y 130.000 siniestrados.
Luego de que el gobierno hondureño declarara el estado de emergencia nacional, UNICEF inició el reparto de miles de mantas, paquetes con productos médicos y de higiene, sales rehidratantes y otros bienes de primera necesidad.
Esta primera respuesta a la emergencia se realiza con las reservas que el organismo de la ONU preparó antes de la temporada de huracanes de este año.
Además de Honduras, las inundaciones afectan a Costa rica, Nicaragua, Guatemala y Belice, cuya suma de damnificados sumaría cerca de 70.000 personas, de las cuales 12.000 han debido refurgiarse en albergues provisionales.
El director regional para América Latina de UNICEF, Nils Katsberg, recordó que las consecuencias de un desastre natural como éste pueden ser fatales para los niños, un grupo de población especialmente vulnerable frente a las enfermedades intestinales.
Además, agregó, “el sistema inmunológico de los niños puede ser débil a causa de la desnutrición. Y si a esta situación le añadimos el daño masivo a las cosechas y los de por sí altos precios de los alimentos, tenemos una bomba de tiempo”.
El gobierno de Honduras ha solicitado ayuda urgente a UNICEF para auxiliar a las familias, sobre todo en lo que se refiere al saneamiento, la salud, la nutrición y la educación.