Es como una cascada que surge en la vereda de una vecina, atraviesa la calle y va a caer a un desagüe pluvial. Es tan importante la pérdida, que ha horadado el asfalto.
Mariela, la vecina frente a cuya puerta corre incesante el arroyo de agua de cloacas, no sabe más qué hacer para mantener la higiene en su casa.
“A la cloaca la traigo adentro de mi casa (en la suela de los zapatos) todos los días de mi vida, hace un mes” –lamenta-. “Estoy cansada de limpiar y desinfectar permanentemente. No puedo ni entrar el auto”, dice.
El olor en la cuadra es insoportable y los vecinos sospechan, por la cantidad de agua que corre, que está tapado un caño que colecta el agua servida de varias viviendas. Frente a las súplicas del vecindario, la última respuesta de la administración municipal ha sido que “deben presentar una nota”.
POR EL INODORO. Cuando llueve es peor. En algunas casas, empieza a subir el nivel del agua en los inodoros y rebalsan. “Han venido una vez, estuvieron dos minutos ahí, destaparon y se fueron pero se volvió a obstruir, parece. Ahora hace más de un mes que estamos llamando, y no nos responden”, dijo Mariela, y Mirta agregó: “En ocasiones ha habido agua hasta dentro de las casas, se tapaban los baños, les salía el agua del inodoro”.
“El problema tiene dos años, vienen, lo destapan y vuelve a salir la cloaca afuera. Cuando llamé la última vez me dijeron que hay que hacer una nota, mientras tanto estamos viviendo muy mal”, comentó Amalia. “Es tan invasiva el agua y está tan sucia, que las motos optan por pasar por la vereda”, añadió.
BRONCA. “Me da bronca. Al pie de las boletas de agua dicen: señor, usted pague los impuestos en fecha para su mejor servicio. Pero pagamos y nunca tenemos nada”, se quejó Mariela.
“Queremos, por lo menos, que nos escuchen”, expresó a su vez Ana María. “No nos escuchan, ni nos dan bolilla, es como una burla. Nos dicen no, nadie llamó. Y hemos llamado 20 veces, dos o tres veces por día. No nos dan número de trámite, no nos dicen quiénes son los que atienden los reclamos. A esta altura, para nosotros es una burla, se burlan de nosotros, no podemos más”, finalizó diciendo Mariela, la vecina a cuyos pies corre, permanentemente, a cielo abierto, la cloaca.
Ruidos molestos
Cristian reclamó por los ruidos molestos que provoca el funcionamiento del corralón cuyos fondos dan a calle Balcar. “Todos los días estacionan camiones. A la hora de la siesta el ruido es infernal y ocupa la calle el camioncito que levanta los materiales, los autos hacen cola para pasar. Todos los días hay movimiento y ruidos molestos”.
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