La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece para zonas con características climatológicas y geográficas como Mendoza un consumo diario de 250 litros de agua por persona. Sin embargo, según los datos que maneja Obras Sanitarias Mendoza (OSM), en nuestra provincia ese consumo trepa a entre 350 y 400 litros en épocas de calor.
Según la OMS, el consumo de agua en todo el mundo se ha multiplicado por cuatro en los últimos 50 años. Casi 500 millones de personas viven en países en los que ya escasea el agua. Paralelamente, se espera que para el 2050, como mínimo, una cuarta parte de la población del Globo viva con una escasez crónica o recurrente de agua.
Tal como Diario UNO publicó ayer en la primera parte de esta serie de notas, las claves para ahorrar –en este caso, agua– son muy sencillas y están al alcance de la mano.
Algunas sólo implican cambios de conducta y otras requieren inversiones económicas, pero que a largo plazo redundan en un beneficio.
Lugares clave
Está comprobado que el 65% del agua de una vivienda se consume en el baño. Más allá de los consejos brindados en el cuadro, hay otras opciones para ahorrar agua que son bastante originales.
Por ejemplo, algunas asociaciones ecologistas recomiendan introducir en la mochila del baño un ladrillo u otro objeto similar con el fin de que cargue menor cantidad de agua.
En el caso de la cocina, estas entidades aconsejan, por ejemplo, reunir el agua utilizada para lavar alimentos y reusar para regar las plantas, vegetación que, además, recomiendan que sea autóctona, de modo tal que esté más adaptada al ecosistema de la zona y por lo tanto tenga menos necesidades de agua.
De la mano de la tecnología
En los comercios especializados se venden modernos dispositivos de reducción de flujo que mezclan agua con aire y sustituyen los filtros habituales de los canillas. Con ellos se reduce el caudal de agua y se compensa la disminución mediante la adición de aire, volviendo el chorro más “grande”.
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