Los perjuicios producidos por la explotación minera de La Alumbrera, han trascendido los oídos locales y comenzaron a generar preocupación en todo el país, por eso el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, se entrevistó con el vicepresidente de minera La Alumbrera y procesado por delitos ambientales, Julián Rooney.
Durante la reunión, el arquitecto argentino le expuso al ejecutivo de la empresa algunas cuestiones relacionadas con los daños producidos por la actividad.
Contaminación ambiental, fue el primer tema que planteó Pérez Esquivel. “Según Minera Alumbrera, no existe ninguna prueba de contaminación del agua provocada por su emprendimiento Bajo La Alumbrera”, reza el informe que realizó Pérez Esquivel luego de la reunión.
En el transcurso del encuentro le exhibieron al vicepresidente de la minera los informes presentados por Gendarmería Nacional en 2003 y 2004 que dan cuenta de los valores peligrosamente altos de arsénico, cobre, mercurio y plomo. Rooney respondió que “las muestras de la Gendarmería Nacional no son válidas, porque no fueron tomadas en presencia de la empresa”; a lo que Pérez Esquivel refutó con un informe de la propia Secretaría de Minería de la Nación, que reconoció que la actividad de Minera Alumbrera contaminaba, refiriéndose a los elevados contenidos de metales en el canal DP2 que desemboca en el embalse Río Hondo.
Saqueo de recursos
El uso del agua de la zona fue otro de los temas abordados durante la reunión, la empresa Minera Alumbrera indicó que considera que “su actividad minera no afecta las reservas de agua subterráneas del acuífero del Campo del Arenal” (el mismo que usará el emprendimiento de Agua Rica), explicaron además que disponen de pozos de monitoreo para verificar el nivel de las napas de agua.
Como oposición a lo argüido por la minera, el premio Nobel cuestionó “el hecho de que muchas personas que están viviendo en los departamentos aledaños se dicen perjudicadas por su emprendimiento minero y sufren de la falta de agua, recurso indispensable para sus actividades productivas, en particular la agricultura”.
A ello la empresa respondió que no consideraba tener responsabilidad alguna por esa falta de agua, e interpretó la misma “como el resultado de la falta de canales de riego o la mala calidad de los que ya existen y el aumento de la demanda de agua”, ya que, según la empresa, la superficie cultivable en el departamento Santa María aumentó entre 1995 y 2005, lo que genera según la minera un gran desperdicio del agua existente.
“Una vez más, los datos informados por la empresa contrastan con las informaciones que nos vienen llegando de otras fuentes; según un estudio de Ricardo Ortiz, Santa María es una localidad que perdió el 40% del agua; el 70% del sector agropecuario del departamento de Santa María ha dejado de producir por falta de agua y parte del cauce del río se está secando”, apuntó Pérez Esquivel.
Inclusive para reforzar los datos aportados, el dirigente presentó un informe del Consejo Local Asesor del Inta de la ciudad de Andalgalá, que estableció que “el programa Estratégico Institucional del Inta 2005-2015, prioriza y fija como ejes estratégicos para el desarrollo, la sustentabilidad, la competitividad y equidad social, lo cual a simple análisis se contradice con una actividad económica meramente extractiva y contaminante, que dividió a nuestras comunidades y pone en serios riesgos a sistemas productivos y a las cuencas hídricas de agua superficial y subterránea”.
Los daños que produjo la mina
A pesar de que la reunión duró casi una hora y media, Pérez Esquivel señaló que no pudo “abordar todos los temas que hubiéramos querido”, ésa fue la razón por la que el informe final de la reunión no trató todas las denuncias relacionadas con la actividad minera de esta empresa en Catamarca.
“Los resultados de esa reunión no son nada sorprendentes. La empresa tiene respuestas preparadas para cada una de las acusaciones y no reconoce ninguno de los hechos que le reprochan las poblaciones aledañas a su proyecto Bajo La Alumbrera. No se podía esperar otra cosa, ya que su vicepresidente Julián Rooney está actualmente procesado por daño ambiental, por lo que viene trabajando sobre su defensa”, señaló el premio Nobel de la Paz
Sin embargo, pese a la falta de argumentos y las respuestas evasivas de la empresa, el reconocido artista evaluó que la reunión no fue inútil. “Consideramos que es importante mostrar a la otra parte, en ese caso la empresa Minera Alumbrera, que estamos dispuestos a escuchar sus argumentos. Por otro lado, tratamos de transcribir con la mayor fidelidad posible lo que nos dijeron, y eso nos permitió resaltar las contradicciones con los datos que manejamos y que nos vienen llegando desde las comunidades y las asambleas de vecinos autoconvocados”, señaló Pérez Esquivel.
Según el informe sobre la reunión posteriormente presentado por la Fundación Servicio Paz y Justicia (Serpaj) que preside Pérez Esquivel, los mayores daños que produjo la minera pueden resumirse en tres.
* Contaminación ambiental: del aire, por la voladura de aproximadamente 480.000 toneladas de roca por día; del agua porque los efluentes de la planta de secado del yacimiento Bajo La Alumbrera son volcados en el canal DP2 que desemboca en Santiago del Estero. “Este canal de desagüe sirve como fuente de agua para animales, riego de hortalizas y eventualmente bebida de personas”, destaca el informe.
* Consumo exagerado de agua y energía: El emprendimiento minero necesita grandes cantidades de energía. “La Minera Alumbrera es la mayor empresa de la Argentina en términos de consumo de fluido eléctrico (en 2003 fue de 1583,8 GWH). Mientras se habla de una crisis energética en el país y se pide a la población usar lamparitas de bajo consumo, el consumo de su emprendimiento minero por sí solo representa el 68% de todo el mercado provincial y el 15% de todo el NOA”, se detalló en el informe.
* Violación de derechos culturales: “Al impedir el desarrollo de las actividades económicas tradicionales, atentan también a los derechos culturales de las poblaciones locales, ya que la práctica de la ganadería o de otras actividades económicas es parte de la identidad de esos pobladores. En particular, es el caso de los pueblos originarios, cuya relación con el medio ambiente es un aspecto central de su cultura. Por lo tanto, la destrucción del medio ambiente, de la fauna y de la flora, causada por sus actividades es una amenaza directa a su identidad y a su cultura”, concluye el informe.
Ambientalistas liberan corte en Tinogasta
Vecinos de la ciudad catamarqueña de Tinogasta, abandonaron el piquete a camiones de Minera Alumbrera en la ruta 60, en medio de los allanamientos de la Justicia a viviendas de ambientalistas, en pos de develar un confuso episodio que culminó con un supuesto ataque incendiario a uno de los camiones varados.
Desde las organizaciones ambientalistas como Asamblea Socio Ambiental del NOA (Asanoa), reflejaron que las autoridades se basaron “en meras conjeturas”, para investigar a los ambientalistas.
El viernes a la madrugada, según publicó el diario El Ancasti, un camión de la empresa chilena Tamarugal que llevaba insumos para Minera Alumbrera fue incendiado “intencionalmente” cuando estaba estacionado sobre la avenida San Martín a pocos metros del predio de Gendarmería Nacional.
La Justicia había ordenado desalojar la ruta, pero los ambientalistas seguían firmes con el corte. El sábado allanaron los domicilios, de los cuales cuatro pertenecían a miembros del grupo Autoconvocados por la Vida, que se oponen a la explotación del proyecto Minero Río Colorado. Al final, no se encontraron elementos que los comprometieran directamente con el caso. Mientras, con el resguardo de la Brigada de Infantería, los camiones pudieron continuar viaje.
Por el mismo medio, una docente al que allanaron su vivienda, comentó que el incidente estuvo “lleno de curiosidades”, y que los ambientalistas no son tan “tontos” para haber realizado el ataque |
|
|