El río Daule es el punto de descarga de todo el sistema de alcantarillado de Guayaquil. A través de tuberías, los desechos de la ciudad llegan al caudal, luego de un proceso de tratamiento.
Junto a la autopista Terminal Terrestre-Pascuales, al norte de la urbe, funciona uno de los sistemas más antiguos para el procesamiento de aguas residuales: las lagunas de oxidación.
Mario García, analista ambiental de la Empresa Cantonal de Agua Potable y Alcantarillado para Guayaquil (Ecapag), entidad que regula el servicio, explica que hace 27 años se construyó el sistema Alborada-Sauces.
Son seis piscinas construidas en la tierra, que captan los desechos. Tras un período de retención, que sirve para su depuración parcial, el líquido restante es arrojado al Daule, que también es la fuente de agua para potabilizar.
“Es un proceso natural. El agua permanece estancada unos 18 días y pasa al río. No hay la adición de químicos ni máquinas, pero siempre medimos los niveles de contaminación”, señala García.
Esas piscinas sirven a 35 000 habitantes del norte. Pero con los nuevos planes de expansión se prevé que la cifra de usuarios aumente para el 2009.
Este rápido crecimiento pone a prueba a los técnicos de la empresa Interagua, encargada del servicio. Juan Lasso, director de regulación técnica de Ecapag, señala que la solución definitiva para el tratamiento de los desechos requiere de tecnología avanzada.
Por ello, afirma que las lagunas de oxidación deberán dar paso a la planta Los Merinos, un método automatizado que dará el servicio a 2 000 000 de habitantes.
“El río receptor (Daule), ya no resiste más. Hay que hacer un tratamiento definitivo para verter los desechos, cumpliendo con normas ambientales”. Por ahora, los técnicos de Interagua analizan la construcción de plantas con una consultoría técnica.
La idea entrará en la fase de prefactibilidad el próximo año, para definir diseños, costo y financiamiento. De ahí que la construcción se iniciaría en tres años.
Lasso afirma que esa planta tendrá mayor capacidad, por lo que abarcará otros sistemas como el Parson norte. Este incluye zonas del norte como la Ferroviaria, Urdesa, Bellavista y Mapasingue.
Una planta igual se construirá al sur, donde actualmente funciona el sistema Parson Sur (Suburbio). En ese sector también funciona el sistema Las Esclusas, que da cobertura a los Guasmos. Ahí, las aguas residuales se descargan en un emisario subfluvial, un mecanismo subacuático que lleva el agua procesada al Daule. Ambos sistemas se fusionarán en la planta Las Esclusas, que se levantará junto al estero Cobina.
Pero a corto plazo, la ejecución de proyectos municipales de alcantarillado en Los Vergeles, Bastión Popular y Cooperativas Varias (noroeste) demanda soluciones provisionales, según indica Iván Rivera, subgerente de alcantarillado de Interagua.
Una de ellas será la ampliación del sistema Guayacanes-Samanes, junto a la autopista Terminal Terrestre-Pascuales. “Con los planes municipales se sumarán unos 500 000 usuarios más”, dice.
Las nuevas piscinas se construyen en 33 hectáreas, que ahora están en pugna por un asentamiento informal. Desde julio, la maquinaria de la concesionaria coloca grandes tubos y cava la tierra. Rivera sostiene que con una inversión de USD 4 millones se adecuará un sistema de aireación, para facilitar la degradación de las materias orgánicas. |
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