Desde hace más de 25 años el reservorio central de agua potable del hospital Dr. Ernesto Accame de Allen se encuentra fuera de servicio. Es un gran tanque montado sobre una torre que debería proveer agua a todas las áreas hospitalarias. Actualmente el nosocomio local está conectado de manera directa a la red, pero cuando se corta el agua su funcionamiento queda completamente jaqueado.
Si bien la reparación del reservorio fue solicitaba en innumerables oportunidades al Ministerio de Salud, hasta el momento ha hecho oídos sordos al reclamo constante de la dirección del hospital y el Consejo Local de Salud.
La situación se agrava año a año cuando de manera imprevista surge algún inconveniente en la red de agua potable. El año pasado un corte de agua que duró más de dos días dejó paralizado a los distintos servicios del hospital. En esa oportunidad la institución tuvo que recibir la ayuda de una empresa privada y de bomberos voluntarios para poder continuar con las actividades cotidianas y evitar la caída total del sistema de salud.
El tanque de agua averiado puede albergar unos 10 mil litros y está situado sobre una inmensa torre de hierro, justo en el centro del predio hospitalario. En esa zona también existen dos cisternas de similares características en cuanto a su capacidad. Pero todo ese sistema - al que aun le llega agua a través de la red- sólo puede utilizarse para las tareas de riego.
Como el tanque está sin el cobertor correspondiente y con los caños muy deteriorados, el agua no es apta para el consumo. Los conductos que bajan desde el reservorio pierden líquido permanentemente y no soportan más parches. Un dato a tener en cuenta es que si esa cañería llegara a estallar, una buena parte del hospital quedará anegada.
En esta época del año es habitual que el consumo de agua se incremente en los hogares de la ciudad. De esta manera el caudal de la red es menor y por ende el hospital sufre las consecuencias. Al mediodía, mientras los sectores de cocina y lavandería alcanzan su mayor actividad, la presión de la red disminuye y a los consultorios externos a veces no llega el agua.
La situación que vive el hospital allense es incomprensible ya que las obras de reacondicionamiento del reservorio de agua han sido postergadas por más de 25 años. La responsabilidad de la reparación recae sobre el Ministerio de Salud, que deberá tomar cartas en el asunto antes de que el nosocomio vuelva a enfrentar otra emergencia por falta de agua. Con el tanque en funcionamiento y ante un corte en el suministro de agua potable, el hospital tendría un aprovisionamiento asegurado.
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