Una sorpresiva inspección descubrió que la fábrica “SAMI SRL”, se dedica a la elaboración de alimentos para canes, genera alta contaminación ambiental en la zona de Río Seco, producto de la manipulación de huesos y sangre de animales, que son utilizados como materia prima.
La primera impresión que se siente al ingresar a la fábrica que está ubicada en la calle Inca Roca del barrio Nueva Jerusalén (Río Seco Distrito 4) es el fétido olor que emana de los huesos que día a día son apilados en los grandes hornos para su cocción y la sangre que está siendo secada en enormes tinglados.
Precisamente ese olor putrefacto es el que molesta a los vecinos del sector, quienes dijeron que desde hace tiempo se pidió la reubicación de dicha fábrica que funciona desde el 2001. La fábrica está situada en medio de viviendas masivamente habitadas.
El gerente Técnico de SAMI SRL, Andrés Sotelo Villegas, explicó a EL DIARIO que es la gente de los alrededores, los que proveen de huesos a la fábrica, que les paga a 50 centavos el kilo y 23 bolivianos el quintal.
La materia prima principal para la elaboración del alimento balanceado para canes, cuyo nombre es “Fortican”, es el hueso que proporciona calcio, además de la sangre, la soya, el maíz y los minerales. “La mayor parte de los insumos se trae desde los mataderos”, dijo.
Recientemente se incursionó en la elaboración de sales minerales para el ganado vacuno y jabones, que aún no ingresó a los mercados locales, puesto que recientemente se obtuvo el primer stock de la producción, que fue canjeado por algunos de los componentes de la materia prima. Más adelante se prevé ingresar en la elaboración de pegamento (cola).
En el patio de la empresa se puede encontrar cuernos, grandes y pequeños, que pertenecían a los animales vacunos. La sangre acumulada es puesta a temperatura ambiente para obtener el cuagulado y posterior secado. Algunos de estos procesos son realizados mecánicamente.
Sotelo, ingeniero de profesión, explicó el proceso de elaboración de ambos productos. “El proceso de elaboración de comida para canes comienza en la chancadora, luego a las máquinas secadoras, posterior a ello se convierte en harina de hueso. Un proceso similar tiene la elaboración de la harina de sangre”, dijo.
Estas harinas mezcladas con otros ingredientes, que son completamente naturales, completan el proceso para obtener estos productos que son comercializados en los mercados y veterinarias de El Alto, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y Sucre.
La inspección ocular fue comandada por el presidente de la Comisión de Obras y Medio Ambiente, Pedro Huanaco Gutiérrez, quien convocó a funcionarios de la Dirección de Medio Ambiente para realizar la visita oficial a las instalaciones de la fábrica.
Ellos explicaron que la empresa cumplió con algunos documentos respecto al impacto ambiental, las mitigaciones y otros. Sin embargo, aún no cuentan con la licencia del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e inocuidad alimentaria (Senasag), ni la ficha ambiental, que según Sotelo están en pleno proceso de trámite.
La empresa fue clasificada en la tercera categoría de riesgos, porque provoca un mediano impacto ambiental y baja seguridad industrial. Las dos primeras categorías son controladas por la Prefectura del Departamento de La Paz, mientras que de la 3 y el 4, se ocupa Gobierno Municipal de El Alto. |
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