Los discursos inaugurales de la XVIII Cumbre Iberoamericana sirvieron a Chile y El Salvador para culpar a las naciones industrializadas de la crisis internacional y para exigirles responsabilidad con el desarrollo mundial.
La necesidad de reformar las instituciones multilaterales para que retomen las realidades de los países de renta media es una de las principales peticiones que se incluirán en el documento sobre la crisis financiera que llegará hoy a manos de los presidentes.
La crisis financiera internacional ha hecho a la región repensar cuánto son tomados en cuenta por los organismos y “clubes” de países desarrollados.
“Las propuestas de reforma del FMI, los cursos de solución para enfrentar la crisis de los bancos, la búsqueda de fuentes innovadoras para el financiamiento del desarrollo son solo algunos ejemplos de las iniciativas que deberíamos aglutinar en este gran pacto iberoamericano”, destacó el presidente Antonio Saca, durante la ceremonia de inauguración.
“La causa de la crisis es el abandono de lo público”, externó la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), afirma que precisamente uno de los retos de la reunión del Grupo de los 20 (G-20), en la que los países ricos y otros emergentes abordarán los efectos de la crisis financiera, es construir un plan de rescate para las pequeñas economías
En ese sentido, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y la cooperación, sobre todo para países de renta media, se convierten en un punto inevitable a acordar. “Si lo comparas con los fondos que se han puesto a disposición para la crisis financiera por parte de los países desarrollados, lo que se está pidiendo para los fondos para el desarrollo es mínimo; es un llamado a que haya una actitud moral respecto a los más vulnerables y más pobres”, destacó Bárcena.
Renta media
El Salvador ha propuesto un documento al respecto. “Estamos incluyendo un proyecto de comunicado especial sobre cooperación para el desarrollo con países de renta media”, afirmó la canciller Marisol Argueta.
Miguel Hakim, secretario de cooperación de la Secretaría Iberoamericana, reconoció que la crisis afectará tanto a la ayuda para el desarrollo como la cooperación.
Pero la puja por lograr apoyo no está garantizada. Luz María de la Mora, directora de cooperación de México, reconoció que aunque la región ha tenido mucho apoyo, la AOD ha disminuido porque “somos víctimas de nuestro propio éxito”, al reconocer que los países cooperantes se olvidan de aquellas naciones que mejoran sus indicadores.
En el mismo sentido se pronunció Julia Levi, directora de la cooperación de Argentina: “Nos ha penalizado el desarrollo”.
El Salvador dice haber identificado posibles vías en este tema. “Hay formas de favorecer el comercio, el que se evite reglas de proteccionismo y se cierren los mercados”, dijo Eduardo Ayala Grimaldi, secretario técnico de la Presidencia.
Eso y más puede ser incluido en los comunicados especiales, dijo Eduardo Cálix, vicecanciller salvadoreño.
A la luz de los efectos que la desregulación de los mercados financieros internacionales han tenido y su impacto mundial, en el cónclave ya se habla de replantear el orden multilateral.
Ayala Grimaldi, quien ha formado parte de la comisión técnica que elabora la propuesta sobre la crisis financiera para los presidentes, aceptó que algunos países “tienen un enfoque muy particular sobre el modelo económico y que hay una discusión interna de si este falló o no”. Sin embargo, afirma que más allá de esas visiones, el punto de partida del documento, que servirá de base para la reunión del G-20, es que el modelo es bueno, y que el problema fue “de personas”.
Juan José Daboub, director gerente del Banco Mundial, defendió que se trata de errores del modelo, pero no de un quiebre que obligue a cambiar el sistema.
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