El arroyo mercedeño Las Garzas y sus canales aliviadores respondieron con escurrimiento rápido a las intensas lluvias de la semana pasada. Esos fueron los objetivos buscados y obtenidos luego de los trabajos hechos por el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (Icaa).
En efecto, las precipitaciones abundantes como la ocurrida en la madrugada del jueves 23, donde se registró cerca de 85 milímetros dieron cuenta del buen funcionamiento de las obras a fin de optimizar la capacidad evacuadora del arroyo Las Garzas y los canales aliviadores Nº 1 y Nº 2, afectados por las condiciones de embancamientos, afloramientos rocosos y presencia de vegetación.
Pese a los 110 milímetros caídos según los datos aportados por el Inta Mercedes, fue la primera vez, después de varios años, que el arroyo Las Garzas no desbordó.
Autoridades locales confirmaron al administrador general del Icaa, Mario Rujana, que las aguas se escurrieron rápidamente de las calles a pesar de la intensidad de las mismas.
Los trabajos
La cuenca del arroyo Las Garzas y Canales Aliviadores Nº 1 y Nº 2 fueron objeto de una serie de trabajos por parte del organismo hídrico provincial y con fondos del Tesoro provincial, totalizando una inversión cercana al millón y medio de pesos.
Los trabajos consistieron en limpieza y acondicionamiento de la cuenca del arroyo en el tramo comprendido desde la Ruta Nacional Nº 123 hasta la altura del puente Bailey; limpieza y acondicionamiento del Canal Aliviador Nº 1 desde Ruta Nacional 123 hasta el Camino de Tropas; reapertura, limpieza y acondicionamiento del Canal Aliviador Nº 2; construcción de alcantarillas en los Canales Aliviadores Nº 1 y Nº 2; limpieza y adecuación de taludes desde el puente Bailey hasta la calle Juan Pujol.
El llamado Camino de Tropas obstruía el escurrimiento de lluvia proveniente del ejido urbano, provocando el anegamiento de los barrios aledaños. Para resolver este problema, se construyeron dos alcantarillas sobre este camino y la reapertura de dos canales aliviadores.
Estos canales permiten la recepción de gran parte del agua de lluvia del ejido urbano y redireccionan el caudal hacia aguas abajo del arroyo Las Garzas, a la altura de la Ruta Nacional Nº 123.
Lograron también ofrecer un ambiente más agradable a los pobladores periurbanos, alejando las posibilidades de inundaciones periódicas con las consecuentes pérdidas y deterioro de sus viviendas. |
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