Uno de los principales contaminadores es la fábrica Acepar que lanza humos, pedazos de carbonilla y residuos en el río Verde que desemboca en el río Paraguay. A unos 200 metros de allí se encuentra la planta de distribución de ESSAP, cuya agua genera reiteradas pestes de diarrea y vómito.
Otro problema es la cantera que acaba de tapar el recurso hídrico río Verde, haciendo que éste se seque y deje de existir de a poco.
La Calera Pa’i Pukú no se queda atrás tampoco, porque con la cal que expulsan sus calderas convierten a esa zona un lugar completamente triste. Tanto las plantas como las casas y el suelo son cubiertas por el polvo blanco. Los vecinos del lugar también reclaman porque el temblor producido por las trituradoras hacen que las paredes de sus casas se rompan y sus cimientos se muevan.
Pero lo más grave está relacionado con el problema respiratorio que afecta a niños y personas de tercera edad, quienes en su mayoría son alérgicos.
Igualmente existen otros focos de contaminación, entre ellas la cementera que se encuentra a pasos de Acepar. También está un lugar ubicado en Saladillo, donde se reciclan baterías, el vertedero y los frigoríficos que lanzan sus desperdicios en las cercanías del río Paraguay. A esto debe sumarse el lugar donde se arroja la basura patológica.
Los ciudadanos piden a las autoridades y a la Seam que verifiquen si estos lugares poseen el estudio de impacto ambiental porque la situación es cada vez más desesperante.
|
|
|