El Sindicato de Químicos Papeleros denunció ayer que la empresa Celulosa despidió a un centenar de trabajadores en un ajuste decidido en el marco de la crisis mundial. Miguel Caporossi señaló que "la empresa decidió frenar obras de saneamiento de efluentes que tiran al río, que llevaba adelante personal contratado que venía trabajando desde hace años". Por su parte, desde la Uocra de San Lorenzo, su secretario general, Rubén Olguín, confirmó la desvinculación de los cien trabajadores y justifico la decisión: "Cuando la empresa termina una obra determinada ya no necesita de los trabajadores. ¿Dónde los va a poner?". En tanto desde la CGT San Lorenzo Daniel Santillán advirtió que
"no hay crisis en el sector industrial de esta región, no es tal como se dice a nivel mundial: si estamos en un lugar que exporta 100 mil millones de dólares, donde el sector aceitero creció de 2005 a hoy al triple de su producción, no podemos trasladar la crisis mundial para justificar un achique". Hoy, en tanto, General Motors y los trabajadores retomarán la mesa de conciliación para llegar a un acuerdo en relación a la intención de la automotriz de despedir a más de 400 trabajadores.
Caporossi reveló que "hace un mes Celulosa cortó la horas extras del personal sindicalizado y ahora con esta crisis, decidió no ampliar sus instalaciones y terminar con los contratados de la Uocra que estaban construyendo una obra de saneamiento para los líquidos efluentes que se drenan al río. Además de albañiles también sumaron gente que hacía limpieza y vigilancia. Son toda gente que venía renovado sus contratos en cada vencimiento", advirtió el sindicalista.
El gremialista remarcó que "la planta viene trabajando con su producción normal, aunque argumentó que en los últimos tiempos mermaron sus pedidos de papel". Los químicos papeleros suman 420 trabajadores encuadrados en ese convenio sindicalizados.
Desde Smata, el secretario gremial Gabriel Bienuchi, advirtió que, a pesar de que la empresa General Motors pareciera haber "cedido un poco", "no nos alcanzan que en vez de despedir 433 quiera echar a 300, no estamos hablando de dinero que hay que negociar", se lamentó. "Nosotros no queremos que haya despidos pero aceptamos las suspensiones porque no somos necios", agregó el sindicalista.
Bienuchi señaló que todos los gremios "estamos en alerta porque un despido genera una cascada. Hoy es el sector automotriz pero esto repercute en los alimentos, la construcción, los frigoríficos", estimó.
Ayer el titular de la CGT Rosario Néstor Ferraza recibió en la sede gremial a Luis Ferreyra, representante del Ministerio de Trabajo de la Nación y a Luis Ortega por la cartera provincial para analizar la situación de todos los sectores industriales en la región. "No vamos a permitir despidos masivos", advirtió Ferraza.
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