Las múltiples especies marinas que viajan como polizones en aguas de lastre, utilizada por los navegantes para mejorar la estabilidad de sus embarcaciones cuando no tienen carga, representan mundialmente la cuarta amenaza para la salud de los océanos.
Asimismo, son consideradas como una amenaza biológica y se ha discutido por las Naciones Unidas y el proyecto Global Ballast en los últimos años.
En el 2002, Colombia inició junto con Argentina, Chile y Brasil las investigaciones sobre especies invasoras, y en el 2007 el país fue escogido como líder del proyecto de Asociaciones para Aguas de Lastre dentro de la región del Pacífico sudeste de Argentina.
Según la Capitán de Corbeta, Silvia Rondón, coordinadora nacional del proyecto Aguas de Lastre, este año se inició la segunda fase que se extiende hasta el 2012, y que busca crear la política reglamentaria y de legislación que permitirá controlar los efectos de este fenómeno, y así mejorar los sistemas de control en los puertos.
Entre los estudios realizados por la Dirección General Marítima se ha hecho el monitoreo del fitoplacton, bacterias patógenas y otras especies invasivas que podrían convertirse en un peligro para los ecosistemas marinos e incluso para el ser humano.
Por su parte, el capitán del puerto de Cartagena, Víctor Hurtado, señaló que las autoridades marítimas deben tomar muestras semanales del agua de la bahía y controlar las embarcaciones que ingresan para evitar el efecto de las aguas de lastre.
Dato
Según la División General Marítima, se estima que 13.000 millones de litros de aguas de lastre son transportadas anualmente alrededor del mundo por embarcaciones |
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