La provincia de Turkana, ubicada en la región septentrional de Kenya, se encuentra al borde del desastre. Hace meses que no llueve y los pronósticos meteorológicos son desoladores. Miles de niños y niñas corren grave peligro.
Martha tiene seis hijos e hijas, y espera un séptimo. Toda la familia vive en una choza con techo de paja en la que ya no queda ningún alimento. Anoche, cuenta Martha, le pidió a una vecina un poco de maíz para alimentar a sus hijos, pero esta mañana los niños tuvieron que ir a la escuela sin desayunar.
Hace algún tiempo, Martha tenía un rebaño de 30 cabras, pero todas murieron debido una epidemia que mató a unos dos millones de cabezas de ganado caprino en la región.
Algunos organismos humanitarios adquieren cabras enfermas o débiles y las sacrifican, pero les pagan a las familias al contado para que puedan reemplazar su ganado o comprar los alimentos que necesitan desesperadamente. Los precios de los artículos de alimentación han aumentado aquí mucho más que en el resto de Kenya.
Salvados cuando estaban al borde de la inanición
Quienes más sufren las consecuencias de la tragedia combinada de la sequía, las enfermedades y las fuerzas del mercado son los pobladores más jóvenes de la región.
Gladys, la hija menor de Martha, sufre desnutrición, al igual que los 13.000 niños y niñas menores de cinco años que reciben tratamiento en los puestos sanitarios como el que se instaló a la sombra de un árbol en la aldea de Nadapal, a unos 10 kilómetros de la ciudad de Lodwar.
Entre las decenas de niños y niñas que se encontraban recientemente en ese puesto sanitario una calurosa tarde estaba Lokali, un niño de 10 meses de edad que fue examinado por un agente sanitario que le suministró a su madre suficiente Plumpy'nut para alimentarlo durante una semana. Plumpy'nut es un alimento terapéutico que puede rescatar a los niños y niñas que se encuentran al borde de la inanición.
"Debido a que la situación alimentaria es tan grave", afirma Sara Cameron, Jefa de Comunicación de la Oficina de UNICEF en Kenyacomo "cuando los niños y niñas regresan a sus hogares con los suministros de Plumpy'nut u otros alimentos suplementarios que les entregamos, los comparten con muchos otros integrantes de sus familias. Y, por supuesto, esos niños y niñas no se recuperan tan rápidamente como deberían".
Los centros de alimentación y tratamiento
Debido a la escasez de alimentos, los niños y niñas más débiles se enferman con facilidad. Muchos llegan diariamente al Hospital Lodwar con tuberculosis, neumonía y diarrea.
Lo positivo es que la mayoría de los niños y niñas internados en el hospital mejora. Aunque el número de niños y niñas amenazados está en aumento, también crece el número de vidas que se salvan.
El Gobierno de Kenya sabe cómo hacer frente a las situaciones de emergencia. Pese a que los centros de alimentación y tratamiento suelen estar abarrotados, pueden combatir con éxito el hambre si cuentan con los recursos necesarios.
En Turkana, la situación es grave y exige soluciones a largo plazo. Sin embargo, en casos como los de Gladys, brindar a los niños y niñas ayuda inmediata es sin duda más beneficioso para ella, para su familia y para todo el mundo.
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