Reducción de voltaje, la flexibilización en el uso de las aguas del Laja y del Maule y la extensión del horario de verano fueron algunas de las medidas incluidas en el decreto preventivo de racionamiento eléctrico que emitió el Gobierno a comienzos de febrero.
La escasa agua acumulada en los embalses, la detección del fenómeno de La Niña, la baja disponibilidad de gas y la caída de la central Nehuenco de Colbún, por ese entonces se confabulaban para amenazar al país con tener que llegar a los cortes programados de luz.
Pero el decreto sumado a otras iniciativas como los premios por ahorrar o la modificación de las horas punta permitieron al país sortear la estrechez y bajar la demanda, que en el Sistema Interconectado Central (SIC, que abastece a más del 90% de la población chilena) ha caído en promedio 0,6% mensual durante 2008.
"Nuestra evaluación es que no es necesario contar con medidas preventivas como estábamos con el decreto de racionamiento", dijo el titular de Energía, Marcelo Tokman, quien también señaló que la acumulación de nieve para el verano es cercana a normal.
Donde sí se mantendrá puesto el foco es en las medidas tendientes a que la ciudadanía y las empresas ahorren y hagan un uso más eficiente de la energía.
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