Desde este mes, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) realizará un monitoreo semanal de la corriente fluvial fronteriza, calibrando los valores del oxígeno disuelto, temperatura, conductividad, IPH y algunos otros parámetros que se conocen con analítica de laboratorio, como nutrientes, hortofosfato o fósforo solubre, nitrógeno total, nitritos y nitratos y además conteo de cuerpos celulares (algas).
Así lo explicó el presidente de la delegación uruguaya ante CARU, Eugenio Lorenzo, en su exposición ante la Tercera Reunión de Centro Comerciales del Río Uruguay, realizada en Termas del Arapey. Añadió que, en caso de que haya una abundancia exagerada de algas, se procurará detectar la determinación de microsistina, que es la toxina que éstas segregan cuando mueren.
La CARU efectuará estos controles contando con la colaboración de la CTM de Salto Grande, que se encargará del conteo de estos controles. Se realizarán, al norte, en Bella Unión y Monte Caseros; sobre la mitad del tramo compartido entre Uruguay y Argentina, antes de Salto Grande, y en las playas de Concordia y Salto. CARU intentará que la información correspondiente sea difundida semanalmente a través de su página web. En lo atinente a la conservación de recursos vivos, Lorenzo sostuvo que "hay varios trabajos que la CARU desarrolla". Entre ellos mencionó la "identificación genética de las unidades poblacionales de interés comercial" y el "estudio del comportamiento migratorio de algunas especies, como el sábalo y el dorado", además de los que apuntan a dimensionar el alcance de la pesca artesanal en el río, entre otros. "El estado de salud del río, en general, es bueno. No está comprometido en cuanto a los recursos vivos y otros aspectos. Al igual que todos nosotros, dentro de un estado de buena salud, puede tener algunos puntuales de preocupación. Por ejemplo, en todos aquellos lugares donde no hay un tratamiento adecuado de residuos domésticos e industriales, y éstos se vierten al río, localmente uno puede esperar excepciones. De todas formas, el mayor problema que tiene el río son los fenómenos de floraciones algales, que se deben a una alta carga de nutrientes", especificó.
En cuanto al origen de esta carga de nutrientes, Lorenzo dijo que se debe, sobre todo, a la actividad agrícola y agropecuaria que se da en la cuenca del río. "Es una actividad normal, porque es normal que la bosta de las vacas vaya al agua y, efectivamente, tiene nitrógeno y tiene fósforo. Si uno evitara que el ganado hiciera sus deposiciones en las márgenes, una buena parte de ese exceso no llegaría al río Uruguay. Lo mismo sucede cuando existen políticas de aplicación de fertilizantes excesiva", explicó.
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