Las playas ubicadas en el sur de la ciudad, pasando el Faro, cada vez sufren más la erosión marina y eólica y el acantilado día a día se va deteriorando debido a que ya no cuenta con la protección de la arena, sino que la ola rompe directamente sobre él. Si bien las obras de defensa costera están licitadas y adjudicadas, hasta ahora no se pudieron poner en marcha debido al accionar de la ONG Surfrider, que se opone al uso de la piedra como defensa.
Ante este panorama, los vecinos de los barrios de Acantilados, Costa Azul, San Carlos, San Patricio, Playa Serena, San Jacinto y Alfar cortaron la ruta 11 el fin de semana largo del 12 de octubre, oportunidad en la que juntaron mil firmas para reclamar celeridad en las defensas costeras.
El petitorio fue llevado hasta el despacho del intendente Gustavo Pulti, para que las eleve hasta el gobernador Daniel Scioli.
"La situación empeora año tras año, ahora ya sólo pedimos que hagan algo porque este verano no sé qué va a pasar, ya que sin playa no hay turismo y sin turismo no hay trabajo", señaló ante LA CAPITAL el ingeniero Flavian Ricci, que desde hace 8 años reside en la zona.
Los peligros
"En los acantilados de Mar del Plata -añadió- desde que me mudé, la playa con marea alta era de unos 25 metros, pero ahora desapareció. Las olas rompen contra el acantilado, deteriorándolo, derrumbándolo y acercándose cada vez más a la ruta 11".
A pesar de que las obras están licitadas, adjudicadas, publicitadas con sendos carteles, no comenzaron "porque la ONG Surfrider las recurrió. Ellos tienen una posición defendida a muerte, pretendiendo con el sistema de los arrecifes modificar el ángulo de la ola y así poder llegar a ser mundial", explicó Ricci.
De acuerdo a la opinión del vecino, ese deseo "va en detrimento de nuestra comunidad, porque la erosión sigue avanzando. Ya no queda arena". Antiguamente, la misma playa funcionaba como protección del acantilado y las olas del mar rompían sobre ella. Hoy rompen contra la tosca que conforma el acantilado.
"Antes -relató el ingeniero- para llegar al mar te quemabas los pies en la arena caliente y ahora es imposible llegar. Incluso hace 50 años atrás había médanos".
"En la medida -agregó- que este proceso de desaparición de la playa se hizo evidente y que los balnearios de la zona dejaron de existir, se generó un impacto enorme en el sector, ya que la playa creaba gran cantidad de empleos de tipo de servicios al turista y se mantenían accesos públicos a la playa e infraestructuras y estructuras turísticas".
Otros problemas
El problema social abarca también a los barrios linderos, ya que "los locales pequeños que funcionaban con el turismo, ya no lo hacen más. Y hay mucha gente dando vueltas sin trabajo, y eso es peligroso", detalló el vecino.
"Como impacto indirecto en los barrios de la zona -dijo- se vio inmediatamente reducida la actividad turística y comercial, con lo cual en estos inviernos posteriores a la desaparición de la costa aumentó la inseguridad y disminuyeron los empleos ocasionales y temporarios".
Así las cosas, esta multiplicidad de factores "lo único que generó es pérdidas de empleos, pérdida de arena, pérdida de inversiones públicas y privadas. Y ahora está amenazada la franja natural de tierra, reserva entre el acantilado y la Ruta 11, que al poseer árboles, arbustos y hierba es un refugio natural de aves y pequeños animales salvajes".
Por fin, a principios del año 2007 se convino con autoridades municipales y provinciales -apoyadas económicamente por la Nación- que la mejor obra para recuperar y proteger al sector era la construcción de arrecifes artificiales paralelos a la costa y alejados de ella, que disminuyan la energía de la ola y permitiera el depósito de la arena del lado de la playa. Además, con esa construcción se encajaba al depósito de la arena para evitar que sea retirada por el gran consumidor de arena que es el mar.
Como especialista, Ricci aseguró que "acá siempre se usó la piedra para este tipo de obra, los arrecifes artificiales no estarían mal, ya que no sabemos cómo es por qué nunca los usamos, pero necesitan mantenimiento y el mantenimiento no está contemplado en las obras que se hacen en Argentina".
De todas formas, en nombre de sus vecinos también solicitó que "se haga algo, con el material que sea, pero si seguimos así el mar se va a terminar de comer a la ruta".
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