De acuerdo a datos del Laboratorio de Datos del Centro Nacional Patagónico - Conicet Puerto Madryn, cada vez llueve menos en la ciudad, una tendencia progresiva desde hace tres años, que no escapa al fenómeno del cambio de clima global. Asimismo, el Servicio Meteorológico Nacional advierte que Chubut es una zona con muy alto riesgo de combustión y en algunas localidades, incluso, con riesgo extremo.
Ojalá que llueva
La lluvia que cayó el miércoles apenas fueron una gotas que de tan esperadas resultaron muy bienvenidas por la gente (se pudo observar en la plaza –por ejemplo- que lejos de refugiarse había personas de cara al cielo), aunque la lluvia fue pasajera. Lo cierto es que las precipitaciones registradas hasta septiembre apenas alcanzan la mitad de los valores medios calculados para esos meses. Los números confirman la percepción de que está lloviendo menos y el análisis de los especialistas no permite avisorar que se trate de un fenómeno aislado ya que desde hace algunos años están descendiendo los valores.
En lo que va de este año (entre los meses de enero y septiembre) cayeron 94,1 mm de agua, mientras que la media anual acumulada para ese período es de 188,7, algo más del doble. Asimismo, en el mes de mayo, se concentraron 39,8 mm, lo que da la pauta de que en el resto de los meses la sequía fue pronunciada. Un ejemplo –entre otros- de la distorsión en los valores lo marca el registro de septiembre, mes en el que se acumuló 1,8 mm de agua, es decir, el 10 % de lo que indica la media (18,3 mm).
Alerta de incendios
Por otra parte, el Servicio Meteorológico Nacional advierte que en estos momentos Chubut es una provincia con muy alto riesgo de combustión y en algunas zonas, incluso, con riesgo extremo.
Al observar el mapa se puede constatar cómo toda la zona que rodea la Península Valdés, tanto hacia el Oeste como hacia el Sur se encuentran en un riesgo extremo de combustión. Este dato cobra relevancia al cruzarlo con la falta de agua que se acentúa en la región.
En ocasiones, determinadas condiciones meteorológicas son favorables para el inicio o propagación de incendios. Es a partir de este riesgo que el Servicio Meteorológico Nacional, diariamente, con los datos de temperatura, humedad relativa, viento y precipitación correspondientes a las diferentes zonas de análisis, calcula el valor de este índice, y clasifica los valores obtenidos en cinco categorías de riesgo, que comprenden desde “bajo” hasta “extremo”.
Una pauta que permite mensurar el indicador es el caso Capilla del Monte, localidad cordobesa que padeció un incendio más que considerable a principios de septiembre, que sólo se pudo controlar gracias a la aparición oportuna de una precipitación abundante (que llegó tras meses de sequía). En aquel momento, en esa zona del Uritorco, el mapa marcaba que el riesgo de combustión era extremo.
El caso de la Patagonia conforma una mezcla al menos preocupante: viento, temperaturas en aumento, sequía.
El pronóstico
“En este momento, por más que la lluvia volviera a sus valores normales no se alcanzarán los valores da agua normales”, informa el investigador Juan Carlos Labraga, del CENPAT-CONICET.
El científico, que forma parte de la Unidad de Oceanografía y Meteorología del Centro Nacional Patagónico, advirtió: “Hacia fines y mediados de verano se va a dar la mayor situación de peligro”.
Asimismo, el investigador analizó que “la vegetación recién comienza a desarrollarse y en los próximos meses, va a pasar por un stress muy fuerte”, esto implica una exigencia muy grande por la falta natural de agua.
Recuperación de los valores normales
El Servicio Meteorológico Nacional pronostica que los valores en noviembre y diciembre serán normales para la región patagónica tanto en el nivel de precipitaciones, como en el de temperatura media.
“Por más que llueva lo normal, el suelo no va a tener la cantidad normal de agua que precisa”, pronostica Labraga y pone de relieve cómo el déficit acumulado de agua deja en riesgo a la zona. Visualizando el mapa de riesgo de incendios, genera cierta alarma cómo Chubut es la provincia con mayores índices, sobre todo en las zonas extremas.
No obstante, el investigador señala que “el último año ha sido deficitario en general, en todas las zonas del país”.
La desertificación: un problema internacional
A fin de cuantificar la sequía se han desarrollado diferentes índices. Uno de los más reconocidos es el Índice de Severidad de la Sequía de Palmer (PDSI), que permite monitorear y brindar información actualizada sobre las diferentes regiones en relación a la sequía.
El índice de sequía grave, que se sitúa actualmente en un 8 por ciento de la superficie terrestre, pasaría a un 40 por ciento en el plazo de un siglo.
Una de las cuestiones a la que nos enfrenta el cambio global es la desertificación. De acuerdo a estimaciones internacionales, las superficies inhabitables se multiplicarán por diez durante el siglo XXI. Expertos de la Oficina Meteorológica del Reino Unido han advertido en un estudio de predicción e investigación del clima, en el que utilizan el índice PDSI, que el área inhabitable de la tierra aumentará de un 3 a un 30% hacia fines de siglo, lo que pondrá en riesgo la capacidad agrícola y la disponibilidad de agua.
Cayeron 94,1 mm de agua, mientras que la media anual acumulada para ese período es de 188,7 mm. |
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