Legisladores, intendentes y ONG provinciales solicitaron al Congreso de la Nación que se prohíba la exportación de agua dulce del río Paraná, al conocerse a través de denuncias de particulares e instituciones que el agua envasada es comprada en la región al valor de un euro y se vende a 11 en países europeos, hacia donde se la transporta en contenedores, según argumentó el senador provincial Ricardo Kaufmann (FV).
La empresa Makhena SA, con sede en Miami y sucursal en la Capital, ofrece por Internet exportar agua dulce del Paraná. El mercado sería Medio Oriente o Africa. Alberto Cholewa, socio de la firma, reconoció que la exportación se puede realizar "a granel [en buques cisterna] y sin procesar".
Según informes del sector privado, Makhena ya efectuó este tipo de negocios de 1983 a 1987. Cholewa admitió que un cisterna despachado a Medio Oriente con 7000 toneladas de agua tendría hoy un costo cercano a US$ 2 millones. El agua se extrae del río con anuencia de las provincias de la cuenca, que se asocian al emprendimiento.
Ante la progresiva escasez de agua dulce en el mundo, el Senado provincial aprobó el mes pasado un proyecto para que el Poder Ejecutivo interceda ante los legisladores nacionales para que elaboren un proyecto de ley que prohíba la exportación de agua potable. Ricardo Kaufmann, senador por el departamento de Garay, sostuvo que "el Estado tiene que prever lo que pueda pasar; el agua es un recurso natural que pertenece a las provincias".
En apoyo de esta demanda, el doctor en química analítica Deonaldo Carbajal dijo: "El tema es gravísimo. Nos están sacando un recurso vital y nadie parece preocuparse. La gente no está enterada y los políticos no toman debida atención".
Carbajal explicó: "El agua que se extrae aquí se lleva en contenedores hasta Escocia, donde la fracciona una empresa que integra la familia Bush. En Italia comercializan el medio litro de esa agua, ya potabilizada, a 11 euros". Recordó que el mismo grupo norteamericano adquirió miles de hectáreas en Córdoba. "Son tierras estériles, pero abajo están las napas. Otro lugar que también está siendo aprovechado con idéntico fin es Salta", señaló.
El especialista advirtió "sobre el problema" que padecerán las próximas generaciones, ya que, sostuvo, "los que vienen y se llevan el agua no tienen grandes costos. No hay ninguna ley que lo prohíba. Explicó que en el mundo el 78% de la superficie de la tierra es agua; de ese porcentaje, el 3% es agua potable, dulce. Y de ese 3%, el 1% está en el acuífero Guaraní, un estratégico reservorio de agua que ocupa 1.190.000 km2 bajo los suelos de la Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay. "Antes apuntaron a la India y Africa; ahora nos toca a nosotros. Se están llevando la última riqueza que nos queda", opinó.
La visión de la ONU
La primera respuesta a la preocupación por la exportación de agua dulce fue la del consejero sobre Agua, Cambio Climático y Medio Ambiente de las Naciones Unidas, Diego Malpede, quien anunció que "la ONU va camino de establecer un claro régimen de regulación jurídica de los acuíferos internacionales. Según la ONU, los Estados tienen soberanía plena sobre los recursos hídricos bajo su territorio.
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