Con el fin de anunciar su ingreso a la bolsa de Nueva York e inducir a inversionistas a adquirir sus acciones, la compañía brasileña Eletrobrás acaba de publicar un impactante aviso publicitario en el renombrado Financial Times de Londres, uno de los diarios de mayor predicamento en la comunidad global de negocios, con una amplia fotografía de Itaipú, sin la más mínima mención del Paraguay como socio y copropietario de la hidroeléctrica. Este es uno de los motivos por los cuales el Brasil se niega a renegociar el Tratado binacional.
“Energía brasileña, ahora en Nueva York”, reza la publicación en plena página 9 de la edición impresa del Financial Times del 31 de octubre de 2008, fecha del ingreso oficial de Centrais Elétricas Brasileiras S.A. (Eletrobrás) a los listados de la New York Stock Exchange Euronext, donde a partir de ahora cotizará sus acciones.
Como se observa en la reproducción, el componente principal del aviso es una llamativa fotografía de la central de Itaipú, en cuyo vértice inferior izquierdo se lee “Planta de energía eléctrica de Itaipú, la más grande del mundo en generación”. Ni allí ni en ningún otro sitio se menciona que se trata de una entidad binacional.
El aviso anuncia que “Eletrobrás ahora negocia en el mercado más influyente del mundo: el New York Stock Exchange Euronext”.
Agrega que los “inversores globales están aprendiendo lo que los brasileños han sabido por décadas: la más grande compañía energética de toda América Latina es una fuerte, transparente y confiable corporación. Este es un gran logro para Eletrobrás. Este es un gran logro para el Brasil”.
La evidente intención de incluir la foto de Itaipú es impresionar a potenciales inversionistas con semejante activo, atribuyéndose la propiedad exclusiva nada menos que de la “planta de energía eléctrica más grande del mundo”, lo que sin duda le da una imagen de fortaleza y, tal vez, de confiabilidad, pero no precisamente de transparencia.
LO QUE SE DICE Y LO QUE NO SE DICE
Por su parte, en el sitio oficial en Internet de la NYSE Euronext se le da la bienvenida a Eletrobrás, se destaca que es líder en el sector energético latinoamericano y se informa que cotizará sus títulos bajo los símbolos “EBR” y “EBR.B”.
Se señala sobre la compañía que es el mayor grupo en América Latina en el sector eléctrico, con casi el 60 por ciento de las líneas de transmisión y el 40 por ciento de la capacidad instalada de generación de todo el Brasil.
Se dice que el “sistema Eletrobrás” tiene una capacidad de 37.631 megawatts, a través de 31 hidroeléctricas, quince plantas termoeléctricas y dos plantas de energía termonuclear.
Lo que no se dice es que la principal y más valiosa de sus centrales, de la cual proviene el 20 por ciento de esa capacidad instalada (eso sin considerar la parte paraguaya en Itaipú), es justamente la hidroeléctrica que comparte con el Paraguay.
Eletrobrás es la trigésimo tercera compañía brasileña que cotiza en la bolsa de Nueva York, con un capital combinado entre todas ellas de 800.000 millones de dólares, equivalentes al 72 por ciento de todas las empresas latinoamericanas que han llegado a esa instancia de élite de las finanzas mundiales.
La New York Stock Exchange (NYSE) es la mayor bolsa de valores del mundo en transacciones en dólares y la cuarta mundial en número de compañías, detrás de las de Bombay (India), Londres y la también neoyorkina NASDAQ.
En 2006 la NYSE se fusionó con la Euronext de París y desde entonces se publicita como el grupo líder, más líquido y más diverso de intercambios de valores del mundo. Sus principales oficinas siguen estando, desde luego, en su célebre edificio del número 11 de Wall Street, al sur de Manhattan.
MÁS QUE UNA SIMPLE ANÉCDOTA
Todo esto no pasaría de ser una simple anécdota si no fuera porque el hecho mismo de que Eletrobrás se haya convertido en una corporación global que cotiza sus títulos y acciones en las bolsas internacionales es, en el fondo, una de las razones por las cuales el Brasil se niega a renegociar el Tratado de Itaipú.
Eletrobrás fue originalmente una empresa pública igual que la ANDE, ya ideada por Getulio Vargas en los años cincuenta, pero constituida solo en 1962.
Parcialmente privatizada en los años noventa, Eletrobrás es actualmente una empresa mixta, en la cual el Gobierno federal brasileño conserva el 54 por ciento de las acciones, mientras el resto está en manos privadas y se cotiza en las bolsas de São Paulo (Bovespa), Madrid y ahora Nueva York.
Cuando se firmó el Tratado de Itaipú las llamadas “partes constitutivas” fueron Eletrobrás por Brasil y la ANDE por Paraguay, de donde surge la idea de que ambas empresas son las dueñas de la central. Asimismo, los préstamos para la construcción de la usina fueron tomados por Eletrobrás, lo que convierte a esta compañía en la principal (casi única) acreedora de Itaipú (y beneficiaria de los altos intereses), cuya deuda en la actualidad asciende a 20.000 millones de dólares (se debe hacer una depuración), proyectados a 31.000 millones de dólares para 2023, año en que supuestamente deben quedar saldados los compromisos.
Pero lo que viene al caso aquí es que es Eletrobrás la que adquiere de Itaipú a precio de costo el excedente energético que corresponde al Paraguay (unos 37,5 millones de megawatts/hora por año) y lo vende a precio de mercado en las subastas mayoristas de energía en el Brasil, con lo que obtiene enormes márgenes, que por supuesto benefician a sus accionistas, públicos y privados.
Si se renegociara el Tratado de Itaipú y se le quitaran a Eletrobrás estas ganancias, los precios de sus acciones caerían en picada y la empresa hasta podría ir a la quiebra. Sin duda alguna el Gobierno brasileño tiene y tendrá esto muy en cuenta a la hora de discutir con Paraguay cualquier modificación de los convenios existentes.
CONTRAATAQUE MEDIÁTICO
El Gobierno paraguayo no debería quedarse con los brazos cruzados. Hay cosas prácticas e inteligentes que puede hacer para contrarrestar esta ofensiva mediática.
Poco antes de que asumieran las nuevas autoridades, el profesor inglés Andrew Nickson, muy conocido en nuestro medio, justamente hacía una sugerencia simple, fácilmente realizable, en este sentido.
Proponía redactar un documento oficial breve, en lenguaje directo y ágil, en el que se explicara a la comunidad internacional la posición paraguaya en Itaipú.
Tal documento debía ser aprobado por el Presidente de la República, emitido en los dos idiomas oficiales de la República y cuidadosamente traducido al portugués y al inglés, con el fin de divulgarlo por todos los medios que se tengan al alcance.
Advertía Nickson que el Gobierno brasileño haría todo lo posible por obstaculizar las reivindicaciones de los derechos paraguayos en la binacional, y que para ello contaba con dos poderosas herramientas: el servicio diplomático ultraprofesional de Itamaraty y el incomparablemente mayor peso específico del Brasil en el concierto de naciones.
En consecuencia, señalaba que la única manera que tenía el Paraguay de enfrentar semejantes adversarios era convencer de la justicia de su causa a potenciales aliados públicos y privados a nivel internacional, con el objetivo de obtener en el extranjero una “presión moral” a su favor, “algo que no hay que subestimar en el mundo globalizado de hoy”.
Por nuestra parte, nosotros añadíamos dos propuestas adicionales. La primera era publicar el documento simultáneamente en algún gran periódico del Brasil y, precisamente, a página entera en el Financial Times de Londres, por la enorme influencia que ejerce este medio entre los principales líderes económicos y políticos del mundo.
La segunda propuesta adicional era designar a un diplomático paraguayo de probada experiencia e intachable reputación, con excelente dominio del inglés, que estudie profundamente el tema y se empape de la posición paraguaya, para que actúe de vocero, responda las preguntas de periodistas y funcionarios extranjeros, y defienda el documento en todos los ámbitos y foros que lo reclamen.
Esta es una batalla, hay que actuar.
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