Tras más de 20 años de no recibir ningún tipo de intervención, el próximo mes los puertos de Moín y Limón volverán a ser dragados.
La remoción de la sedimentación acumulada por más de dos décadas en los muelles del Atlántico es el primer paso que el Gobierno da para despejar el camino a la firma que gane la concesión de los puertos el año entrante.
Actualmente la profundidad de Moín es de nueve metros y pasará a 10,5 metros. Entretanto, en Limón es de 9,2 metros y pasaría a diez.
Las obras, que estarán a cargo de la firma Dragados Hidráulicos S.A., se extenderán por aproximadamente siete meses y tendrán un costo de $4,5 millones.
Los dragados de mantenimiento deben hacerse en periodos de siete o diez años, por lo que empresarios y sector productivo acusaban un deterioro en el servicio para la atención de buques de mayor calado, tanto de naves de transporte como de pasajeros.
Aunado a la inestabilidad que generan las huelgas y el tortuguismo y demás medidas aplicadas por los empleados en la operación de los puertos de Limón, el dragado de estos puertos motivaba a algunas empresas a descargar por el Pacífico la mercadería importada, aun cuando provenga del Atlántico.
Las embarcaciones pasan de largo los puertos de Limón para continuar hasta Panamá, atravesar el Canal y enrumbarse luego hacia Puntarenas, al puerto de Caldera, esto a pesar de que la extensión de la travesía incrementa los costos en casi $400 mil por viaje.
“Esperamos que esto sea una realidad esta vez, porque este es un proyecto del que se viene hablando ya hace tiempo, esto permitiría la llegada de compañías con naves de mayor capacidad”, dijo Eliécer Araya, presidente de la Cámara de Productores y Exportadores de Melón.
La concesión de los muelles del Atlántico es un tema que se ha venido negociando con los trabajadores de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), en las últimas semanas.
Se espera que a más tardar en enero esté resuelto el “rumbo de la concesión”, de acuerdo con Francisco Jiménez, presidente ejecutivo de Japdeva.
“Sabemos que estamos en un año electoral, pero nosotros somos funcionarios y no políticos, esto va caminando y en enero decidiremos si concesionamos obras nuevas o damos en concesión la gestión de las terminales actuales”, señaló.
La propuesta del Gobierno es modernizar los puertos de Moín y Limón con una inversión de $886 millones, donde se contempla entre otras cosas la construcción de un rompeolas y 1.500 metros de muelles nuevos.
El puerto de Moín sería exclusivo para fines comerciales, mientras que el de Limón para actividades de la industria turística.
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