Mientras la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, reiteró ayer que prevé que HidroAysén suspenderá la tramitación de su proyecto de cinco centrales en la Patagonia "por un par de meses" para responder a las más de 3 mil observaciones que realizaron los servicios públicos a su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), su par de Energía, Marcelo Tokman, indicó que dicho atraso no sería la parte más "crítica" del proyecto, sino el estudio que se presentará para construir la línea de transmisión, que tendrá una extensión aproximada de unos 2.000 kilómetros.
"Acá lo que va a estar determinando la ruta crítica no es la evaluación de impacto ambiental de los proyectos de generación, sino que va a ser la evaluación de la línea de transmisión. No nos olvidemos que sin la línea no tiene sentido la construcción de las centrales, porque no hay forma de transportar esa electricidad. Si todavía están afinando el diseño (del trazado de la línea de transmisión) y todavía no ingresa, creo que ésta evaluación no es la ruta crítica para el proyecto", dijo.
El ministro indicó que las observaciones realizadas por los servicios públicos al proyecto presentado por HidroAysén y el tiempo previsto para la respuesta a las mismas -cinco días hábiles-, están contenidos en la ley, por lo que la aseveración de la ministra de Medio Ambiente sobre que cabía la posibilidad de que la firma suspendiera la tramitación del estudio para poder responderlas, era uno de los caminos "probables" que tomaría la empresa. De hecho, Uriarte ayer replicó sus dichos y explicó que de darse este último caso la firma "puede pedir a la Corema el tiempo que estime pertinente para estudios, ya sea seis meses, ocho o un año".
Respecto a los posibles retrasos que esto implicaría en la disponibilidad de la energía para el sistema, Tokman sostuvo que las necesidades en el corto plazo estarían cubiertas, ya que se han aprobado proyectos de generación por unos 9.000 MW y hay otros en tramitación por la misma cantidad, aunque manifestó la preocupación de la autoridad por la oposición cada vez más fuerte con que se encuentran estas iniciativas de generación -tanto hidroeléctrica como de otro tipo- en la ciudadanía, señalando la necesidad de encontrar fórmulas para conciliar los intereses del país con las demandas de las comunidades.
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