Los vecinos de Puente de Madera cortaron ayer durante varias horas el acceso a la planta de tratamiento de líquidos cloacales, en protesta por los malos olores que deben soportar a diario, con consecuencias desastrosas para su calidad de vida. A la postre, suspendieron las medidas de fuerza porque, vía telefónica, el titular del Departamento Provincial de Aguas (DPA) Horacio Collado se comprometió a venir a Cipolletti el jueves o el viernes, para conversar de la situación.
Las acciones arrancaron temprano, a las 7.30, cuando los pobladores se apostaron en el ingreso a las instalaciones y también en el cruce del camino que comunica la planta con la calle de La Falda.
Con el bloqueo, lograron impedir la entrada y la salida de camiones y de maquinaria pesada, entorpeciendo y a la postre casi paralizando la actividad en el predio.
Además de reclamar por la mortificadora continuidad de las emanaciones odoríferas, los vecinos quieren que se cumplan antiguos compromisos contraídos por la empresa ARSA y el Departamento Provincial de Aguas (DPA) y que no se termine la construcción de nuevas piletas de acumulación de aguas servidas, cuya actividad futura multiplicaría el olor y los sufrimientos.
Pasadas las 16, los vecinos levantaron las medidas de fuerza. Lo resolvieron después de que Horacio Collado se comunicara por teléfono con el dirigente barrial Luis Costanzo y le transmitiera su decisión de hacerse presente en Cipolletti para dialogar sobre el problema. El funcionario también quedó en hacer contactos con el titular de ARSA Jorge Isaac para ver la posibilidad de si él también puede venir hasta Cipolletti.
La tregua se mantendrá siempre que se vislumbre una solución al inconveniente del mal olor. Las oleadas de hedor que soportan a diarios los habitantes de Puente de Madera ya se han vuelto inaguantables.
Costanzo manifestó, en diálogo con este diario, que los pobladores están dispuestos a conversar para encontrar una salida pero fue enfático en cuanto a que ya no se puede seguir en estas condiciones.
La protesta de ayer se desarrolló en completa normalidad sin que se registraran incidentes, salvo algún intercambio de palabras con los operarios de la planta que querían saber qué era lo que estaba pasando. Por fortuna, no pasó a mayores.
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