Señor Director:
"Considero que la población mundial se halla cada día mejor informada acerca del daño a la calidad de vida y el peligro para la vida misma que entraña la contaminación ambiental, en todas sus formas.
"En el año 2000, se publicó en La Nacion una carta de lectores enviada por nuestra institución. En ella pedíamos se investigaran las aguas subterráneas cercanas al Centro Atómico Ezeiza, por posible contaminación radioactiva. Fue leída por el fiscal federal general ante la Cámara de la provincia de Buenos Aires, quien promovió una causa por posible envenenamiento de las agua.
"El perito designado por el juez dictaminó contaminación provocada por ese centro. Inmediatamente, la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conea) hizo toda la manipulación posible y logró que, presionando al juez de la causa, se dejara de aceptar el dictamen del perito y que se designara una Comisión de Gendarmería Nacional, la cual lo refutó. El señor juez soportó a pie firme, la presión para que despidiera al perito, durante ¡siete años! Finalmente, en presencia de dos dictámenes opuestos y sin haber podido lograr los medios para pedir el peritaje de un laboratorio extranjero, decidió archivar la causa.
"En un desempeño que honra a nuestra Justicia, la Fiscalía se opuso y logró que la Cámara, consiguiera los fondos. Consideró que la envergadura social del tema, justificaba la acción de la Fiscalía. El juzgado ya había ordenado a la Conea que confinara los residuos, confirmando nuestra sospecha.
"¿Cuál es el objetivo de esta carta? Que la población tome conciencia que nadie, sino ella logrará defender su vida presente y futura."
Valentín Stigiltz
Asoc. contra la Contaminación Ambiental de E. Echeverría |
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